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Peumayén ahora lleva su cocina con historia a BordeRío

Por Evelyn Briceño08 Oct 2019

Comer

Peumayén ahora lleva su cocina con historia a BordeRío — Foto: Valentina Miranda Vega

Después de seis años en Bellavista, Peumayén abrió otro local en BordeRío, para sorprender con su cocina inspirada en las culturas ancestrales de Chile, como la mapuche y la aymara.

Detrás de Peumayén, como chef ejecutivo, está Juan Manuel Pena Passaro, un argentino —el mismo de La Argentina Pizzería— que hace seis años abrió este restaurante en el barrio Bellavista, con una carta llena de productos y algunas preparaciones propias de las culturas ancestrales de Chile, como la aymara y la mapuche.

Una cocina con historia, como podría llamársele.

El local de calle Constitución ahora tiene un “hermano” en BordeRío, donde la inspiración es la misma y los sabores sorprenden y encantan en iguales dosis. Un lugar amplio y luminoso (gracias a un inmenso tragaluz) lleno de detalles típicos, como telares, cerámicas y lámparas de fibras naturales.

En la mesa, la fiesta parte con una panera que es algo así como el resumen de todos los panes de Chile: en una tabla alargada viene desde una calatanta (pan aymara delgado y liviano) hasta unos mini milloquines (bolitas de porotos y arvejas típicas del sur), pasando por el infaltable milcao con chicarrones y por un poe, ese pan de plátano, algo dulce, propio de Rapa Nui.

Luego, como entrada, puede ser un crudo de guanaco (foto principal), una carne tierna y suave, más roja que la de vacuno, que viene coronada con encurtidos y salsa de trappi, ají típico de la cocina mapuche ($ 7.400).

Otra excelente opción, los ostiones patagónicos con murta en tres versiones: entera, como salsa y como polvo terroso, algo crocante ($ 6.900).

De fondo, imperdible el filete de caballo, blandísimo y en su punto, jugoso, servido en brochetas sobre unas papas chilotas, más pebre a un costado para refrescar la preparación ($ 13.900).

Pero si lo tuyo son los sabores intensos, elige el pulmay, el tradicional curanto en olla que aquí preparan enjundioso, con pollo, cerdo ahumado, longaniza y los mariscos en sus conchas (almejas, choritos). Todo, sumergido en un caldo perfecto para resucitar muertos. ¡Delicioso! ($ 15.900).

De postre, ojo con el de queso de cabra, papayas y rica rica, o con el cremoso de plátano, coco, piña y helado de mango. También, la tarta de murta y cítricos ($ 2.500 c/u).

Cada plato viene con una sugerencia de vino anotada en la carta, para no perderse. Y a la hora de los cocteles, infalibre el pisco sour de betarraga ($ 4.900). Sí, con el color intenso, y el sabor dulzón y algo terroso de ese tubérculo.