Beber, jugar y ganar

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Beber, jugar y ganar

El salidor | Por Cristóbal Fredes

Dos años me demoré en poder entrar al Insert Coin, el exitoso bar de videojuegos de Santiago. Había tratado de ir al original, en Irarrázaval, y también al de Cirujano Guzmán, en Providencia, pero estaban siempre repletos, aunque con la opción de anotarse en una muy larga lista de espera (que no tomé, porque la vida es muy corta para hacer eso). Tampoco aceptaban reservas, política de algunos lugares que nunca he comprendido.

Por suerte la cambiaron y gracias a eso pude conocer el de Providencia. La idea es tan simple y entretenida como suena: se va a tomar y conversar como en cualquier bar, pero también a jugar videojuegos. No de pie, como era en los flippers -los locales ochenteros de videojuegos y máquinas pinball-, sino que, principalmente, en mesas y espacios equipados con Nintendo, XBox y todo tipo de consolas. Me entretuve cómodamente sentado un par de horas con un amigo, bien atendido y comiendo y tomando mejor de lo que esperaba (su fuerte son las hamburguesas).

El público resultó ser evidentemente (y orgullosamente) ñoño. Era obvio, dirá más de alguno, pero considerando que los juegos son ya un pasatiempo muy transversal, podría haber sido perfectamente más diverso. Imagino que esa tribu se apropió naturalmente del espacio y que el espíritu nerd lo alimenta también el propio bar: está decorado con gráfica de videojuegos y sus platos y tragos tienen nombres como Pac-Man, Mario o Pikachu.

Tuve la fortuna de conocer tiempo atrás el muy ondero Barcade, de Nueva York, que carecía de esa cosa tan temática. Su concepto es simple: juegos de arcade clásicos y cerveza artesanal. Es como si el local de flipper de la infancia se transformara en un bar para complacerte ahora que estás más viejo. Genial.

Hay una cierta tendencia global de bares de videojuegos. Me entero de que en Tokyo abundan. Y no es extraño: Japón fue el único país donde los locales de videojuegos no declinaron. Presumo que la tendencia tiene que ver, en parte, con la nostalgia. Algo de eso hay en La Diana, el restaurante que está unido interiormente a los juegos del mismo nombre y que dan hacia calle San Diego. Pero el otro Diana, en calle Merced, dedicado 100% a los videojuegos, es fascinante y prácticamente el único flipper que sobrevive con dignidad. Conviven máquinas clásicas con nuevas y tiene un ambiente que en casa es imposible de emular. Si algún día se transformara en bar, ahí sí soy capaz de anotarme en una muy larga lista de espera con tal de entrar.

Insert Coin Providencia
DONDE: Cirujano Guzmán 39
TELEFONO: 228863461
HORARIO: Lu. a mi. 12.30 PM a 1 AM. Ju. y vi., 12.30 PM a 3 AM. Sá., 6.30 PM a 3.30 AM
EDAD: Mayores de 18 años
EST.: Nva. Providencia esq. Gral. del Canto, $ 1.100 la hora

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