El nuevo circuito de las pista de baile

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El nuevo circuito de las pista de baile

Ni la lluvia de un sábado de junio detiene a los asistentes a una pequeña sala ubicada en la vereda norte de Av. Las Condes, en Estoril. Donde antes funcionaba el Baltazar está hoy M Bar Groove, un club de música electrónica que, en apenas un año, ha hecho que cada fin de semana se formen filas de autos frente a la casona estilo colonial para entrar al estacionamiento. Hasta allá llegan los que saben trasnochar, porque las puertas se abren a las 12 AM. Lo que suena ahí es techno y house, pero del “pro”.

Lo abrió en junio del año pasado Juan Seitz, un productor que llevaba 15 años organizando fiestas electrónicas en diferentes lugares de la capital. “Lo hice porque había muchos mayores de 30 con ganas de salir a bailar buena música, pero que  contaban con pocos lugares para hacerlo. Es un público que de ninguna manera iría a los locales de Plaza San Enrique, que son para universitarios”, dice el dueño de este lugar, que de día funciona como restaurante.

Fue la misma razón que llevó a Patricio Swett a reabrir Sala Gente, la famosa discotheque ochentera que funcionó hasta el ‘95 en el centro comercial Omnium. “Los mayores de 30 nunca perdimos las ganas de bailar. Lo que pasa es que había pocos lugares a donde ir”, asegura el empresario. A dos años de su reinauguración, la suya es una de las pistas más cotizadas de Santiago y es normal que se formen filas para no perderse la “Passion Hits”, fiesta que todas las noches de viernes toca lo que está sonando, como Capital Cities y Calvin Harris. A diferencia de la “M Bar Groove”, acá los parroquianos llegan más producidos: mujeres con tacones altos y hombres de camisa.

En los últimos años, los chilenos se han volcado a las pistas de baile. No sólo porque se abrieron nuevos clubes y algunos clásicos se reinventaron. También porque hoy se puede bailar prácticamente toda la semana.

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En Candelaria, el bar de Vitacura ambientado como un cabaret francés de los años 20, el movimiento empieza el martes. Ese día se hace “Farofa”, una fiesta donde sólo suenan hits y que se llena de extranjeros. Los miércoles y jueves, la noche parte con tocatas de bandas emergentes, como Julio Pino (la del actor Matías Oviedo); después de las 12 AM, las mesas del local se sacan para mover los pies al ritmo del Miami style, una mezcla de rap y sonidos latinos cuyos exponentes con Pitbull y Jennifer Lopez.

Candelaria funciona como un club, con un 95% de presencia femenina, como si fuera una fiesta de amigas. De martes a viernes tiene una restricción: sólo entran los que están inscritos en el Facebook del lugar. Esa regla se flexibiliza el sábado, la noche en que en su pista tocan desde Michael Jackson hasta Luis Miguel.

En “M Bar Groove” la pista también funciona de martes a sábado. Este mes -y hasta julio- están celebrando su primer aniversario con varios DJ invitados. Hoy, desde las 11 PM, pincharán tres chilenos: Ale Reeves, Mañungo y The O Boys.

Más al poniente, en la esquina de Av. Vitacura con Isidora Goyenechea, hay otro nuevo lugar para bailar. Se trata del Temple, el restaurante coreano que está junto al hotel Intercontinental. Ahí, los viernes y sábados a la medianoche las mesas se corren para dar paso a fiestas que son ya conocidas entre los extranjeros y los profesionales mayores de 30. Lo que mandan ahí son los éxitos más pop, esos que se bailan, pero que también se corean, como el Girls & Boys, de Blur, o el Somebody That I Used To Know, de Gotye, en versión remix.

Como el lugar funciona en una especie de terraza vidriada (la “pirámide” que se ve desde la calle), puede bailar apreciando la ciudad de noche. ¿Otro detalle especial? La cabina del Dj, que se instala sobre la piscina que está en el local.

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En Concepción, Lotte 6 es uno de los locales que más cautiva a los treintañeros. Ubicado a 15 minutos del centro, detrás del casino Marina del Sol, tiene dos pistas: una central donde suena un pop bailable y otra más pequeña, para la electrónica. Algunas noches se presentan ahí Dj invitados, como el chileno Alejandro Vivanco, pero el que no falla es el dúo de la casa, Filei da System, que el año pasado triunfó en el festival Mysteryland.

Para amantes de la electrónica
Una de las pistas que más está dando que hablar funciona en pleno centro de la capital. Ubicado en el segundo piso de la casona que está junto al bar  The Clinic, el Espacio Radicales, es un local con tres ambientes, decorado con lámparas de lágrimas de cristal. En su pequeño escenario tocan bandas de rock y pop y también músicos electrónicos, como el alemán Atom Heart, conocido por ser uno de los precursores de la electrónica en Chile y por haber trabajado con Jorge González, el ex Prisioneros.

Las noches más movidas son precisamente esas en que músicos conocidos -como Gepe y Alex Anwandter, entre otros- se convierten en Dj. A comienzos de junio esas dos figuras se subieron a pinchar discos y el lugar se llenó. Mañana, a las 11 PM, de hecho, tocará la berlinesa Ellen Allien, a quien llaman “la reina del techno”.

En Mamba, otro de los nuevos locales, también se baila música hecha con sintetizadores, desde house hasta minimal, ese estilo de techno repetitivo y tranquilo. Funciona desde enero en una casa patrimonial de Bellavista y ahí se busca recrear el espíritu de los clubes de Berlín, ciudad donde vivió una de sus dueñas, la diseñadora Tamara Godoy.

Al igual que los de la capital alemana, su fuerte no es la estética (sólo esta ambientado con murales pintados), sino la calidad de lo que ahí suena. Sobre su pista caben 300 personas y sobre ella han animado fiestas productores prestigiosos, como el estadounidense Machinedrum y el chileno Dandy Jack. ¿El de esta noche? El reconocido músico electrónico Atom Heart, quien tocará pasadas las 12 AM.

Clásicos que vuelven
No sólo las nuevos espacios cautivan hoy a los chilenos. Los clásicos también, porque se han reinventado para recibir a los nuevos entusiastas del baile. La Sala Gente, que en los 80 visitaron artistas como Soda Stereo y Julio Iglesias, volvió conservando su tradicional exclusividad, pero orientada también a los más jóvenes.

Las noches de jueves y viernes son para el público de entre 25 y 30 años, porque los Dj pinchan más que nada los hits que se escuchan en la radio, como David Guetta y Foster the People. Los sábados, en cambio, los mayores de 30 llegan a disfrutar de “DJ Party”, la fiesta en la que suenan éxitos de todas las décadas, desde música disco de los 70 hasta el pop actual. Eso, hasta las 5 AM.

Si quiere ir por un trago, no es necesario que deje de bailar, porque la barra está junto a la pista. Ahí, encuentra destilados, whisky, espumantes y cerveza. Hay una segunda barra, en el sector VIP, y un salón con mesas y sillas donde puede conversar o hacer una pausa.

La Feria es otro de los clásicos bailables que volvió renovado. Este club de Bellavista es mítico, porque a mediados de los 90 se convirtió en uno de los primeros en pinchar sólo música electrónica. En 2012 cambió de dueño, cerró por siete meses y reabrió remodelado, con modernos sistemas de audio e iluminación.

El espacio es más bien pequeño y sobrio, y quienes están a cargo de la música tocan en grandes discotecas de Ibiza y en festivales del tipo  Creamfields. Es el caso de Danny Tenaglia, Ricardo Villalobos y Josh Wink. ¿Los de este sábado? Dos destacados de la escena chilena, Umho y Gustavo Allendes.

La del Club Eve es una de las pistas más antiguas de la capital. Funciona desde fines de los 60 y sus clásicas bolas de espejos nunca han dejado de brillar. Por el contrario, hoy abren casi toda la semana para recibir a los capitalinos. De martes a jueves, las fiestas son para veinteañeros. Los de viernes y sábado son para los mayores de 35, los mismos que alzan las manos cuando suenan los ochenteros hits de Eurythmics y Erasure.

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