Tocatas con buen sabor

Por

Tocatas con buen sabor

Entrar al Varanasi es como un paseo por tierras lejanas sin salir de Santiago. Apenas se llega ahí, el olor a curry que sale de la cocina transporta a las calles de la India, y los ritmos raggamuffin (parecido al reggae) que toca un grupo recuerdan a Jamaica.

Así es el ambiente del Varanasi las noches de miércoles a sábado, cuando hay música en vivo para pocos. Ahí se puede escuchar desde bossa nova hasta un sitar, un instrumento tradicional indio. Parten a las 9.30 PM y para disfrutarlas sólo debe consumir algo de su carta, inspirada en la cocina india y elaborada con productos orgánicos, la misma que probó el músico hawaiano Jack Johnson cuando visitó el local en marzo pasado.

La combinación de música en vivo y buena gastronomía no es nueva en Santiago. Es una fórmula que varios locales han probado desde que en los 90 el Liguria -el clásico, el de Manuel Montt- invitara a tocar a bandas como Electrodomésticos y Los Tres. Pero en el último par de años, en la capital y en regiones abrieron nuevos lugares que se preocupan tanto por sus platos como por su cartelera de sonidos en vivo. No es el típico show de piano bar de hace dos décadas, sino el de bandas que hoy están pegando, al estilo de los del bar Catedral. Y no cobran una entrada aparte, sólo el consumo.

“Es un panorama gastromusical, donde se puede comer rico y oír buena música en un solo lugar. Así, la gente no tiene que ir primero a un restaurante y luego a una sala de tocatas”, dice Jérôme Reynes, el empresario gastronómico que llevó el jazz en vivo a dos de los locales que ha creado: Le Fournil, del Patio Bellavista, y la trattoria La Fabbrica.

Ahora, Reynes probará esta fórmula en su última apuesta, el Castillo Forestal, la brasserie que funciona desde julio en esa conocida construcción de ladrillos frente al Museo de Bellas Artes. Si no lo conoce, aproveche el ciclo de cantautores que se tomará su terraza todos los jueves de noviembre para visitarlo. Con una vista única del Parque Forestal, junto a las copas de los árboles, disfrutará, desde las 9 PM, de los sonidos acústicos de cantantes como Colombina Parra y Rosario Mena. Será una por día y la del jueves 6 estará a cargo de Javier Barría, la nueva apuesta folk del sello Quemasucabeza. Para escucharlo ahí, lo mejor es picar algo fresco con los amigos, como el tártaro de res, de filete picado al cuchillo ($ 7.900).

Manouche Pizza Club es una pizzería nueva de calle Bombero Núñez, fácil de reconocer por los sonidos jazzeros que se oyen al pasar por fuera. Aunque el local es pequeño, su dueño, un fanático de ese género musical, se encarga de improvisar tocatas con músicos amigos que llegan al lugar con su saxo o un acordeón, casi siempre después de las 8 PM.

Lo que más tocan es jazz manouche, ese con influencias gitanas. Si no hay nada programado, de todos modos vale la pena pasar por el local para probar sus palitos de ajo caseros ($ 1.800 los seis) y sus pizzas de masa gruesa, como la minor swing ($ 6.400), con queso de cabra, aceitunas y albahaca. Si tiene suerte, oirá jazz en vivo.

Las tocatas de la Cervecería Altamira, en Valparaíso, no son improvisadas. Al contrario. Los porteños saben lo que se escucha ahí cada día, entre 7.30 PM y 11 PM: los martes, blues y rock; los miércoles, ritmos afrocubanos, al estilo de Buena Vista Social Club; y los jueves, jazz. Además, desde la próxima semana, todos los viernes habrá un DJ en la terraza recién inaugurada, pinchando música electrónica. Pruebe ahí las novedades de su carta, como las calugas de reineta apanadas en pan de cerveza, elaborado en el mismo lugar ($ 5.200).

ENCUENTRA LAS DIRECCIONES ACA.

Seguir leyendo