La historia que se cuenta en La leyenda de la isla con coca parece sacada de una película de Tarantino: un gringo excéntrico se obsesiona con un bolso con cocaína enterrado en una isla del Caribe llamada Culebra.

Y como la vida real siempre supera a la ficción, éste fue un caso real y que tiene como protagonista a un empresario de la construcción venido a menos, Rodney Hyden.

Tenía una próspera compañía y vivía con lujos junto a su familia en Florida, EE.UU., hasta que la crisis económica lo obligó a trasladarse a un barrio más modesto.

Ahí conoció a Julian, un vecino que no paraba de contar una historia que se había convertido en una leyenda urbana: viviendo en una isla en Puerto Rico, encontró una mochila con 32 kilos de cocaína que luego enterró en su casa.

¿Un millonario botín escondido en una isla caribeña? ¿Quién no se animaría a ir en su búsqueda? Al menos Hyden se atrevió a hacerlo y esa es la aventura que rescata La leyenda de la isla con coca.

En busca del botín escondido

Este documental, que dirige el norteamericano Theo Love, se estrenó el año pasado en el festival de Tribeca y por el éxito que tuvo, Netflix compró los derechos.

Sabían que tenían en las manos una historia insólita y que, más encima, está bien contada.

En la una hora y media que dura La leyenda de la isla de la coca no hay un sólo segundo para el aburrimiento.

Porque la historia tiene giros inesperados y una galería de personajes que ya se quisiera cualquier guionista:  un yonqui que detesta las langostas, un traficante cubano inescrupuloso, una esposa amante de los lujos…

Aunque quien se roba la película es Hyden, el ingenuo empresario convertido en negociante amateur de drogas que se obsesiona tanto, que hasta llega a soñar con la cocaína enterrada en la isla Culebra.

El documental también entretiene por la forma en que está contado, porque el director, en vez de optar por las clásicas entrevistas del género, recreó historia filmando con lentes y cámaras para cine, lo que la hace parecer a ratos como una película de ficción en vez documental.

Aunque La leyenda de la isla con coca no marcará la historia del género documental, sí te hará pasar un bueno rato y te sacará varias carcajadas.

Puedes ver el documental acá.