Seaspiracy: el polémico documental de Netflix que revela la cara más oscura de la pesca industrial

Seaspiracy: el polémico documental de Netflix que revela la cara más oscura de la pesca industrial
Seaspiracy: la pesca insostenible | Netflix

Tan controversial como su recepción son las conclusiones de este documental: que no existe pesca sustentable y que la única forma de detener el daño en los océanos es dejar de consumir pescados y mariscos.

Los mismos productores del documental Cowspiracy (2014) vuelven a meter ruido con un nueva investigación, Seaspiracy: la pesca insostenible.

Si en ese primer largometraje mostraban el impacto de la ganadería en el medio ambiente, con el segundo apuntan a la pesca industrial y el daño que está provocando en los océanos y la vida que ahí existe.

Estrenado en Netflix hace un par de semanas, Seaspiracy tiene como realizador al británico Ali Trabizi, un joven cineasta amante de la vida marina, quien desde niño se fascinó con los documentales científicos de Jacques Cousteau, Sylvia Earle y David Attenborough.

De adulto comenzó a preocuparse por el impacto del plástico que llega a los oceános y por eso cambió algunos hábitos cotidianos, como utilizar solo objetos reutilizables, además de ir a las playas a recoger desechos.

Seaspiracy: la pesca insostenible | Netflix

Pero pronto se dio cuenta de que si bien las 159 millones de toneladas que flotan por los mares son un grave problema ambiental, el mayor daño a la vida oceánica lo causa la pesca industrial.

Y a esa problemática poco abordada dedica su primera documental como director, uno que desde su estreno ha tenido buena recepción en la plataforma de streaming, pero que también ha provocado polémicas y acusaciones, tal como recoge un artículo de The Guardian.

Matanzas, contaminación y esclavitud

Seaspiracy: la pesca insostenible | Netflix

Como una hebra que al tirarla revela un enredo mayor, Trabizi recorre diferentes países siguiendo las pistas del impacto que está provocando la pesca a gran escala en varias partes del mundo, revelando su cara más oscura.

Es un viaje que narra en primera persona y que parte en Taiji, un pueblo al sur de Japón donde barcos que trabajarían para la industra del entretenimiento marino -la de los parques acuaticos con shows de animales- matan delfines a vistas de todos y sin motivos aparentes.

Desde ahí va mostrando las dudosas prácticas de los pesca ilegal en Liberia, el daño ambiental de la salmonicultura en Escocia y hasta la esclavitud de la industria en Tailandia, con testimonios de hombres que trabajaron forzosamente ahí y hasta vieron a otros morir en medio del mar.

Con entrevistas a científicos, activistas ambientales, pescadores y representantes de ONGs, entre otros, Seaspiracy revela en 90 minutos el daño que está industria está provocando en los océanos. Tan grave que, asegura, para 2048 los mares podrían estar vacíos si no se toman medidas drásticas.

Además, deja en evidencia todo un entramado que existiría para desviar el foco de este problema por parte de gobiernos y de la industria pesquera y que apunta también sus dardos a ONGs como Oceana y a certificadoras como Dolphin Safe Tune.

Las conclusiones a las que llega el documental son tan controversiales como su recpeción: que no existe pesca sustentable y que la única solución para detener el problema sería dejar de consumir pescados y mariscos.

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