Sintonía muestra en Netflix los problemas de un trío de jóvenes de Sao Paulo

Sintonía muestra en Netflix los problemas de un trío de jóvenes de Sao Paulo
Sintonía | Netflix

A través de la historia de tres amigos de Sao Paulo, la serie Sintonía muestra en Netflix la realidad de los jóvenes faltos de oportunidades, tema recurrente en toda Latinoamérica.


Con la serie brasileña Sintonía a Netflix llega a la plataforma de streaming un retrato realista y descarnado de lo que pasa cuando los jóvenes se sienten marginados por el sistema, faltos de oportunidades y llenos de sueños que difícilmente llegarán a concretar.

Como una especia de Ciudad de Dios en versión 2019 y en Sao Paulo, en vez de Río de Janeiro, la producción sigue a tres amigos que viven en una favela, en un entorno difícil, lleno de violencia de todo tipo, pobreza y drogas.

Sintonía | Netflix

Los tres tienen realidades distintas, pero cercanas, porque comparten barrio y vecinos. Uno es Doni, un chiquillo hijo de padres evangélicos con relativo buen pasar, que lo único que quiere es transformarse en estrella del funk (algo así como el reggaeton para los brasileños).

Sus mejores amigos son Rita, una chica huérfana medio perdida que se gana la vida como vendedora ambulante y que encuentra refugio en una pastora evangélica, y su hermano Nando, un precoz padre de familia que se ve envuelto en el negocio de las drogas.

Sintonía | Netflix

La música y los sueños son el escape de este trío, que decide conseguir dinero y acceder como sea a los lujos con que el sistema los tienta. Harto blin blin, ropa de marca, alisado de pelo, cejas depiladas y zapatillas caras se ven en la puesta en escena, nada muy diferente a lo que se observa en cualquier ciudad latinoamericana.

Justamente esa es la gracia de la serie: presentar realidades poco visibles en un formato entretenido, a través de la dirección de Kondzilla, ruda y vertiginosa, muy de estos tiempos, con capítulos cortos que no se guardan nada y avanzan rápido.

Las actuaciones, eso sí, quedan en general al debe. Además, se echa de menos un mayor protagonismo de las historias de Rita y Nando, más que la de Doni, que por momentos se torna pobre y reiterativa.

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