Hace pocos días, el sitio de Variety dio la noticia que la singular docuserie Rey Tigre se había convertido en solo 10 días en uno de los espacios más vistos de Netflix EE.UU. Por eso, no es de extrañar que ahora se sume a sus capítulos Tiger King and I.

Este último es un episodio especial, de 40 minutos de duración, y que lo encuentras al final de la serie, como el capítulo 8.

Lo que tiene son entrevistas a varios de quienes forman parte del documental visto por más de 34 millones de suscriptores estadounidenses de Netflix, cifra superior a lo logrado por Stranger things en sus dos primeros ciclos.

El conductor de la producción, grabada en medio de la pandemia provocada por el Covid-19, es el actor Joel McHale (Community), quien desde el sillón de su casa entrevista a siete figuras que dejaron el anonimato gracias al espacio dirigido por Eric Goode y Rebecca Chaiklin.

El primero de ellos es Eric Cowie, el cuidador en jefe del G.W. Zoo -que hasta hace un par de años dirigía Joe Exotic en Oklahoma-, quien revela cómo este último dio muerte a varios de sus grandes felinos sin un motivo real, por lo cree debe continuar en la cárcel.

Luego se suman Jeff y Lauren Lowe, quienes son los actuales dueños del zoológico de Exotic -o Joseph Allen Maldonado-Passage, cómo se hace llamar ahora- y tampoco tienen buenos recuerdos del protagonista del espacio documental.

Menos Jeff, quien asegura que Rey Tigre lo expuso más que nada como un criminal y que su mano derecha Allen, es uno de los “sicarios más amables” que alguien pueda llegar a conocer (sic).

La lista de entrevistados y revelaciones continúa con el ex director del G.W. Zoo, John Reinke; el cuidador el mismo, conocido simplemente como Saff; el jefe de la campaña política de Exotic, Joshua Dial; el ex esposo del ahora convicto, John Finlay, y el productor Rick Kirkham.

Revelaciones y trivias

Y es precisamente Kirkham, quien ahora vive en Noruega, quien ofrece las revelaciones más importantes de la emisión especial. Como que Joe Exotic le temía a los grandes felinos y las escenas junto a ellos las pudo hacer con un tigre dopado y otro ejemplar ciego.

A esto, según el ex productor de su espacio de TV, se suma un pasaje que involucra un caballo que una anciana le encargó cuidar a Exotic y que refleja la crueldad y frialdad de la que este podía hacer gala con los animales o el personal a su cargo.

Así, con una producción mínima, causada por la cuarentena, el espacio encabezado por McHale ofrece entrevistas con algunas confidencias, pero bastante trivia irrelevante, como que a Cowie no le gusta ser comparado con Vince Neil (Mötley Crüe).

A esto se suma que McHale hace demasiado hincapié en que varios de sus entrevistados se refieran a cómo Rey Tigre los hizo famosos y además que actor piensan que los debería interpretar, si se llegara a concretar una película en torno a Exotic y su alocada historia.

Aunque todos coinciden en un punto: Joe debe permanecer en la cárcel por su intento de asesinato de su némesis, la conservacionista Carole Baskin y, en especial, por las acusaciones de maltrato animal que agravaron su condena.

Todo eso convierte a Tiger King and I en una emisión solo para los fanáticos del espacio original, que está lejos del nivel alcanzado por los siete capítulos de la docuserie en cuanto a producción, manejo del relato y complejidad en el retrato de sus protagonistas.

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