Un paseo por lo mejor de Pirque

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Un paseo por lo mejor de Pirque

A 45 minutos de la capital, hace décadas que este lugar es un destino típico de fin de semana. Pero no por eso deseche la opción de ir otra vez. Ahí siempre hay rincones por descubrir, como una viña centenaria que pocos chilenos conocen, una quesería artesanal famosa por su queso fresco y una pequeña pastelería que sorprende con sus tortas y quiches.

Por Evelyn Briceño O.

Una cafetería para recordar

¿Un dato para los fanáticos de lo dulce? El Café Delasdos -así, todo junto-, es uno de los lugares que no hay que dejar pasar en una visita a Pirque. Ahí, un par de socias,  Erika y Dinka, montaron esta acogedora cafetería y emporio gourmet que da gusto visitar para golosear en su terraza o llevar algo rico a casa. Tienen una torta, Reina Ana, que incluye tres variedades en una: hojarasca-manjar, merengue-frambuesa y bizcocho-nuez. Un festín para los más dulceros ($ 1.500 el trozo y $ 12.600 entera, para 12 personas, si se la quiere llevar a casa).

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El strudel de aquí lleva harta manzana y un poco de pasas rubias, pero lo que le da el toque es el azúcar flor que le agregan encima y que es la tentación de los clientes. En la tienda también hay unos galletones integrales artesanales de la zona, hechos con avena, mantequilla, harina y alguna fruta, como plátano o manzana ($ 500 la unidad). Y si usted pensaba que en este local no hay nada para los de gusto salado, se equivoca: otra estrella aquí es el queso de oveja que traen de la Patagonia y que se vende por pieza. Sabroso y delicado ($ 8.900 la pieza de casi un kilo).

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La quesería escondida

La Quesería Artesanal de Pirque es otro ejemplo de un lugar al que un forastero no llegaría si no fuera por la recomendación de un habitante del lugar. Existe hace cuatro años en Av. Hernán Prieto, que los pircanos conocen como camino El Principal, al fondo de una parcela llena de árboles que uno que otro pájaro carpintero picotea. Ahí se producen varios productos, pero sin duda el que se lleva los aplausos es el queso fresco, con una humedad justa. Lleva sólo leche, cuajo y sal, y se vende a $ 3.000 la pieza de medio kilo.

La Quesería-9

También hay yogur natural ($ 3.000 el litro), requesón, que se hace con el suero de la leche y es muy bajo en grasa ($ 2.000 los 250 g), y manjar blanco, no tan dulce, para no ser empalagoso ($ 2.000 los 400 g). Además, ahí venden queso mantecoso de Valdivia ($ 5.000 el medio kilo), charqui de wagyú de San Bernardo ($ 3.000) y un dulce de membrillo casero, ácido y dulce en equilibrio, en dos versiones: uno más untable y cremoso, y otro más duro, para comer a trocitos (ambos a $ 3.000 el medio kilo).

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Sabores peruanos y chilenos

Hace un año que el dueño de Vai Ven, Alejandro Puente, regresó a Chile desde Perú. Allá tuvo dos restaurantes, experiencia que quiso plasmar en este local que destaca por su terraza con fogón al centro. Su chef, Jorge Alvarez, trabajó en el Zully, del capitalino barrio Concha y Toro, y es él quien concreta las ideas de Puente en este local rústico, construido con barro y techo de madera.

Restaurante Vai Ven

En la carta destaca el pollo al pilpil, que en esta versión lleva tocino, ajo, vino blanco y merquén ($ 5.800), y el lomo saltado, un clásico peruano que en Vai Ven lleva dados de filete de vacuno -blandísimos-, cebolla morada, papas fritas y arroz blanco perfectamente graneado ($ 7.900). Ojo con las minisopaipillas que ponen en la mesa. Son una delicia. Acompáñelas con un sour catedral de esos ideales para conversar con los amigos ($ 2.800).

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Para dejar atrás el estrés

Andar por las tranquilas calles de esta zona ya es un relajo. Pero si su nivel de estrés exige más que eso, la alternativa es ir al Spa Pirque y tomar alguna terapia. Parta con media hora en el jacuzzi, con chorritos de agua que masajean todo el cuerpo ($ 15.000). Luego, tiéndase relajadamente en una camilla para que le hagan un masaje. Uno de los más pedidos es el que se hace con piedras volcánicas calentadas en agua, que la terapista pasa por su espalda y cuello. No se preocupe, que las prueba antes de posarlas sobre su piel, para que no estén demasiado calientes ($ 22.000).

Spa Pique-13

¿Para el final? Un hidratante de rostro con leches, cremas y lociones levemente perfumadas para quedar reluciente ($ 18.000). Si quiere descansar más, puede alojar ahí mismo. Hay cabañas luminosas y cómodas que cuestan $ 58.000 la noche. ¿Lo mejor? El desayuno al día siguiente: jugo natural de frambuesas, fruta fresca -ojo con las uvas negras, muy dulces-, huevos de campo revueltos con pan recién salido del horno y un queque tan esponjoso que dan ganas de apretarlo.

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Viña legendaria

Es uno de los íconos de Pirque, porque está ahí desde 1883. Ese año nació la Viña Concha y Toro y de esa época se conserva la casona de 4.600 m2 en que vivió don Melchor de Concha y Toro y el jardín de 23 ha que rodea la mansión. Está a 45 minutos de Santiago y por eso es raro que sólo el 5% de los 175.000 visitantes que recibe al año sea chileno.

Viña Concha y Toro-11

Si usted aún no la conoce, vaya. Hay tours desde $ 10.000 (con tres degustaciones de vinos) en que conocerá esos rincones y la bodega de donde salió la leyenda del Casillero del Diablo: un bodegón subterráneo donde se supone que el mismísimo demonio habitaba y protegía la cava. Si tanto vino le abre el apetito, vaya al restaurante Wine Bar, que está al centro de la viña. Pruebe el ragout de cordero, sabroso y blando como mantequilla y con un delicado gusto al vino tinto en que es guisado por horas. Va bien con un Marqués de Casa Concha cabernet sauvignon ($ 2.000 la copa), pero si anda generoso, pida una copa de Don Melchor ($ 20.000).

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Miel multiplicada por cien

En el pueblo existe un lugar donde sólo hay productos hechos con miel, cientos de ellos. Se llama La Mielería y es un local pequeñito y luminoso, de madera, que abrió hace tres años. Ahí puede encontrar miel pura, como la de quillay, oscura y especial para los resfríos, o la de pradera, más suave ($ 5.000 el kilo). También hay mieles gourmet. La que lleva mostaza es ideal para preparar un pollo agridulce.

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Hay otra con canela, perfecta para endulzar el té ($ 1.900 el frasquito). Si quiere una para untar, aquí venden miel que parece crema; se bate por cuatro días hasta que se rompen sus cristales, pero sin perder propiedades ($ 1.500 los 120 g). ¿Un imperdible de belleza? El champú de miel y quillay y el acondicionador hecho con miel y manzanilla son los que más llevan; brillo y humectación garantizados ($ 4.000 los 500 g).

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Paraíso para los golosos

La gente local es la que da los mejores datos y muchos pircanos no dudan en recomendar la pastelería Dulces Tentaciones. Al igual que La Mielería, es un local pequeño que lleva abierto dos años, ubicado casi al final de Av. Ramón Subercaseaux. ¿Cuál es su secreto? Que ahí todo se hace de manera artesanal, sin premezclas o ingredientes artificiales: el merengue se prepara a baño María, a la antigua, y los bizcochos se hacen a diario, con huevos de campo. Pruebe la torta de hojarasca, rellena con cremas pastelera y chantilly, más manjar y frambuesa. Vale $ 20.000 para 20 personas y $ 2.000 el trozo, que alcanza para dos.

Dulces Tentaciones

Lo mismo cuesta la de maracuyá, que además de esa fruta lleva manjar y crema. La torta de trufa y frambuesa es otro imperdible, con su bizcocho húmedo y esponjoso.  Para los que prefieren lo salado, hay quiches de masa delgada y crujiente, rellenos con diferentes verduras. ¿El favorito? Según Pamela, la dueña del lugar, sus clientes preguntan con insistencia por el de cebolla y por el de tomate con albahaca ($ 7.000 entero, que alcanza para ocho personas). El local tiene mesas por si quiere probar ahí mismo alguna de sus preparaciones.

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Noche de copas y tapeo

No hay noche de viernes o sábado que la terraza del Evaristo no se llene. ¿La razón? Ahí hay una abrigadora fogata y los mejores tragos y picoteos de la zona. Las opciones de la carta son muchas. Hay comida árabe, sushi y platos tex-mex. Al dueño del local, Evaristo Núñez, le cuesta recomendar algo, pero se decide por el lomo a lo pobre, con 300 gramos de pura carne blandita ($ 6.990), y el sándwich Don Evaristo, que lleva lomo vetado, champiñones, diente de dragón, tomate, palta y queso crema ($ 4.700).

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La carta de tragos también es amplia, pero hay un par de imperdibles: el pisco sour, que preparan seco ($ 2.500), y el mojito, con ron, limón de Pica, hojas de menta y albahaca y ginger ale, que le da más dulzor ($ 4.200). Llegue temprano, para que encuentre mesa.

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