Calvario, otra joya de cine irlandes

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Calvario, otra joya de cine irlandes

Aunque el cine irlandés llega muy esporádicamente a las salas locales, cuando lo hace lo realiza con algunos de sus mejores ejemplos.
Así, con títulos como Mi pie izquierdo (1989) y Veronica Guerin (2003) entre lo destacado de sus producciones, no es de extrañar que Calvario se estrene en el país acompañada del buen recibimiento que obtuvo en festivales y salas de cine de Europa y Estados Unidos.

Con esta película, además, podemos conocer el trabajo del director John Michael McDonagh, quien con su ópera prima The guard (2011) obtuvo premios y nominaciones en los Bafta, el Festival de Cine de Berlín y los Globos de Oro.

Pero si en The guard McDonagh apostó por la comedia y la combinación de dos policías de personalidades opuestas, en Calvario decide girar hacia el drama -con gotas de comedia negra- y volcar todo el peso de su trama en sólo un personaje: el Padre James (el gran Brendan Gleeson). Un cura católico que ejerce su sacerdocio en una pequeña localidad costera de Irlanda, y cuyo “calvario” se inicia el día en que escucha la confesión de un hombre que asegura haber sido violado en su niñez por un sacerdote. Un trauma que lo acompaña hasta ahora y por el que, ante la muerte de su abusador, cobrará venganza en el padre James, dándole solamente una semana como plazo de vida.

Un periodo durante el cual recibe la visita de su hija Fiona (Kelly Reilly) – quien aún carga con la rabia de que tras la muerte de su madre haya optado por la Iglesia- y durante el cual James busca encaminar las vidas de los singulares feligreses del lugar. Ellos, por sus culpas y pecados, están más cerca del infierno que del cielo. Todo ante la mirada de un cura que nunca pierde la fe en la humanidad, que es interpretado magistralmente por Gleeson.

Título original: Calvary
Dirección: John Michael McDonagh
Actores: Brendan Gleeson, Chris O’Dowd, Kelly Reilly, Aidan Gillen
Calificación: Para mayores de 14 años

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