A la mesa con Sonia Montecino

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A la mesa con Sonia Montecino

 Es de las que más ha investigado sobre las raíces de la cocina chilena. Antropóloga de la U. de Leiden, Holanda, Premio Nacional de Humanidades 2013, actual vicerrectora de Extensión de la U. de Chile y autora de La olla deleitosa (2005), hoy Montecinos promociona su último libro: La mano de Marguerite Yourcenar. Cocina, escritura y biografía. Ahí, junto a Michèle Sarde, ahonda en las recetas y la relación con la cocina de Yourcenar, intelectual francesa emblemade la literatura como Memorias de Adriano.

¿Qué es lo que la cautivó de Marguerite Yourcenar y su relación con la cocina?
Que era una historia no contada. No sabía que una intelectual como ella cocinaba ni tampoco que relacionaba ese hacer con su concepción del mundo. El libro mezcla sus recetas con ensayos antropológicos sobre lo que hay detrás de su cocina. Sus recetas escritas, a mano, hablan de sus viajes, de su vida más íntima y su pensamiento.

Usted es una gran estudiosa de la cocina nacional ¿Qué piensa de esta suerte de rescate de la cocina chilena?
Es que no es tal. La cocina no ha muerto, no hay que rescatarla, hay que entenderla y respetar su diversidad, saber que no hay una cocina chilena, hay varias. Es regional, se entiende dentro de un contexto local, de historias, de productos. Hay cocineros maravillosos que se han dedicado a captar estas historias, sabores y sensaciones en sus platos.

¿Cómo cuáles?
Álvaro Morales, por ejemplo, el chef del restaurante Balandra, en el Hotel Colono de Puerto Varas (Del Salvador 024, esquina Av. Costanera). Ha puesto especial énfasis en los productos de la región. Otro es Gonzalo Lara, que durante años fue chef del Café Vinilo, en Valparaíso. El ha recorrido el país buscando productos endémicos. Hay varios, pero falta salir a regiones para encontrarlos.

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