Un negocio natural

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Un negocio natural

Por Loreto Aravena

Tienen sólo 28 años y ya son miniempresarios. Tammie Asenjo y Eduardo Ramírez llevan el negocio que Cecilia Stocker -la madre de Tammie- empezó hace 15 años en Puerto Varas: la fabricación artesanal de velas y jabones. Su marca, El Galpón, ya es conocida en la zona y también por los turistas estacionales que llegan atraídos por la estética de la tienda: un galpón de 1835 refaccionado. La lavanda es de los insumos más usados. Por eso el color de velas, jabones y peluches, que están rellenos con sus semillas.

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—¿Por qué fabricar jabones?
—T.A.: Mi mamá es hija de colonos alemanes y su bisabuela hacía sus propios jabones con grasa de cerdo. Eso le quedó dando vueltas a ella y en 2001 tomó un curso a distancia con una agrupación de jaboneros de EE.UU. Apenas aprendió técnicas sumó la elaboración de jabones a la de velas.

—¿Qué insumos usan?
—E.R.: Manteca vegetal y plantas que acá mismo cosechamos, como lavanda, romero, caléndula, murtilla, rosa mosqueta y rusa. Para la línea de productos premium -jabones hechos con vinos- usamos aceite de oliva.

—¿Qué los hizo conocidos?
—E.R.: Nuestro proceso, que es 100% artesanal. Yo mismo hago las mezclas en ollas, con la manteca, la leche de cabra o de vaca y las plantas que muelo con la miniprimer. Yo vigilo el secado y corto los jabones en pequeños formatos (sobre todo los que reparte al hotel de la cadena Dreams). Nosotros con Tammie les ponemos las etiquetas a mano después. Las diseñamos nosotros mismos.

—¿Cuántas horas al día trabajan?
—T.A.: Para atender el local abierto de lunes a sábado nos turnamos. Para fabricar una tanda de 50 velas estoy un par de horas y para elaborar jabones, Eduardo pasa al menos tres horas en el taller.

—¿Quiénes llegan a su tienda?
—T.A.: Gente de acá, de Puerto Montt, Frutillar, Llanquihue y Osorno. Incluso, le vendemos nuestros jabones a la farmacia mapuche de Santiago.

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