Tony: la singular y violenta serie que se suma al catálogo francés de Netflix

Tony: la singular y violenta serie que se suma al catálogo francés de Netflix
Tony | Netflix

En capítulos ágiles y de 10 minutos, esta serie muestra la aventura de un director de videoclips junto a un rapero y narcotraficante.

En 2017 los franceses Ange Basterga y Nicolas Lopez decidieron dar un nuevo paso en su carrera como cortometrajistas auto produciendo su primera película: Caïd. Un largometraje premiado en el Festival Polard de Cognac y que inspiró su primera miniserie: Tony.

La última adición al catálogo europeo de Netflix que apuesta por la singularidad. Primero con su formato, al presentar su historia en 10 episodios, de alrededor de 10 minutos cada uno. Y además apostando por el género cinematográfico del Found Footage.

El que también es conocido como “metraje encontrado” y consiste en presentar el relato como si fuera una grabación recuperada y ha sido utilizado en cintas de terror, como en El proyecto de la Bruja de Blair, Actividad paranormal y [•REC], o comedias como Proyecto X.

Y que en la serie lleva al espectador a conocer la historia de Franck (Sébastien Houbani), un director de videos musicales -en la cinta original era un periodista- que viaja junto a su camarógrafo Thomas (Julien Meurice) para entrevistarse con Tony (Abdramane Diakite).

Tony | Netflix

El líder de una banda de narcotraficantes -o caïd en el francés coloquial- que se está haciendo de un nombre como rapero y a quien, enviado por su sello musical, Franck debe seguir durante varias horas para grabarlo en su cotidianidad y plasmar su vida en un video.

Un narco-artista que es tan carismático como impredecible. Pero el primer escollo en el camino de Franck no es la personalidad de Tony, sino que acceder a él, ya que está rodeado por los intimidantes y violentos integrantes de su banda que cercan su barrio.

Dentro del mundo del narcotráfico

Tony | Netflix

Ya dentro del territorio de Tony, Franck y Thomas deben entregar sus documentos y el auto a sus “anfitriones”, quedando solo con sus cámaras, entre ellas varias GoPro, para filmar todo lo que sucede con el rapero, sus hombres, su familia y hasta sus rivales.

Es así como conocen a Moussa (Mohamed Boudouh), el mejor amigo desde la infancia de Tony y ahora su mano derecha. Un nervioso y violento joven que pudo haber sido una estrella del fútbol, pero tuvo que enfocarse en el tráfico por una enfermedad al corazón.

A los que se suman el hermano pequeño del líder de la banda, llamado Kylian (Mohamed Square), y su hermana, Jess (Siti Hamidi), quien solo quiere que Tony se aleje del crimen y no retorne a la cárcel, y que, especialmente no ponga en peligro al pequeño Kylian.

Las cosas se complican para el líder narco cuando la policía decide hacer una redada en su territorio. Sin embargo, lo peor lo representa Steve (Idir Azougli), el adicto jefe de una banda rival que hace poco eliminó a otro chico del lugar y quiere controlar todo el negocio.

Así, en medio de los edificios de un barrio popular, Franck y su camarógrafo son testigos de cómo Tony y sus hombres efectúan sus transacciones, poniendo en riesgo sus vidas a cada momento. Algo de lo que el rapero, como le confiesa al realizador, quiere escapar.

Un violento, ágil y en momentos extenuante recorrido visual, donde las cámaras se convierten en testigos de una peligrosa realidad marcada por el narcotráfico, que se vive en distintos rincones del mundo. Y que la serie francesa lleva a la pantalla de forma singular y descarnada.

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