Los datos “patiperros” de Nano Stern
Este sábado 3, el cantautor llevará su arsenal de hits a la Sala San Ginés. Como buen “patiperro”, aquí da buenos datos de Nueva York, la Carretera Austral e, incluso, Eslovenia.
—Tu último disco está dedicado a Santiago. ¿Un cariño especial a un rincón específico?
“El único del que hablo en el disco es el monumento a Rubén Darío, en el Parque Forestal, cerca del Emporio La Rosa. Es una muestra de un Santiago oculto e invisibilizado. Hay que detenerse en esos lugares, porque nos muestran quiénes somos y quiénes han pasado por aquí”.
—¿Un restaurante santiaguino que no falla?
“Mi segunda casa es el Lomit’s (Av. Providencia 1980). Ahí el churrasco es sublime; me gusta con palta, tipo chacarero”.
—¿Algún dato que hayas guardado de la época en que viviste en Europa?
“En la costa adriática de Eslovenia, Piran. Ahí se funden el mundo eslavo, el latino -por su arquitectura veneciana- y el centroeuropeo. Es la conexión de muchas energías diferentes”.
—Algún teatro que haya que conocer.
“El de Purranque (calle 21 de Mayo 28). Es una joya medio abandonada, donde se hacen cosas muy de vez en cuando. El otro que me gusta mucho desde afuera es el teatro Freight & Salvage, cerca de San Francisco (EE.UU.). Es para 500 personas y cada una de ellas tiene conexión directa, visual y auditiva, con el escenario”.
—Una tienda imperdible para músicos.
“A los guitarristas les recomiendo la neoyorquina Mandolin Brothers (629 Forest Avenue, Staten Island, NYC), porque hay cientos de las mejores guitarras del mundo. Como va poca gente, puedes conversar, aprender y tocar ahí mismo”.
—¿Qué libro tienes en el velador ahora?
“Sapiens, de Yuval Noah Harari. Es sobre historia, pero también plantea una nueva manera de ver el mundo y de imaginar el futuro cercano” (en antartica.cl).
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