Bonding en Netflix: Los vericuetos del sexo de la mano de una carismática dominatrix
Bonding es la serie de Netflix que mezcla el drama y la comedia, y que sigue a una universitaria que de noche trabaja como dominatrix. A través de ella, la producción presenta los secretos del sexo y un mensaje de tolerancia.
Son sólo siete capítulos de menos de 20 minutos que te atrapan y te llevan a dar un paseo por las noches de Nueva York. Bonding es la nueva serie de Netflix, una que combina en partes iguales el drama y la comedia, y que nos lleva a descubrir los riscos del sexo a través de una universitaria que de noche trabaja como dominatrix.
Basada en las experiencias de su creador, Rightor Doyle, hay que decir que aquí hay sexo explícito, pero no gratuito, para contarnos las diferentes historias, entre hilarantes y tristes, de los personajes que van desfilando por cada episodio.
Bonding sigue a Tiff (Zoe Levin), una estudiante de psiquiatría que paga sus cuentas como una de las dominatrices más cotizadas de la Gran Manzana. Ella le pide a su mejor amigo, Pete (Brendan Scannell), un chico gay retraído y poco exitoso, que sea su asistente.
Pete acepta y de la mano de su nuevo empleo emprende una etapa de liberación y despertar sexual, mientras su “jefa” vive sus propias vicisitudes tratando de encontrar el amor y cumplir en los estudios, mientras enfrenta el fantasma de hombres abusadores y poco empáticos.
La serie resulta sumamente entretenida; sus episodios pasan como agua por la garganta, para luego dejar un efecto de apertura y aceptación. En estos capítulos no hay prejuicios y cada uno puede ser quien quiera ser, lo que lleva al público a cuestionar qué pasa en sus vidas diarias.
Bien actuada, con personajes carismáticos, y situaciones y diálogos en general inteligentes, es una buena opción para los mayores de 16 años.
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