En 1897, Bram Stoker dio vida una de las novelas más importantes de la historia. Con la llegada del 2020, la creación de este autor, Drácula, vuelve con más fuerza que nunca gracias a la serie que estrenó Netflix con grandes expectativas.

Desde los criticados vampiros adolescentes que nos dio el 2000 (Crepúsculo, True Blood), la nueva apuesta de Netflix muestra una adaptación más clásica a las historias de vampiros, algo que muchos querían ver.

De la mano de Mark Gatiss y Steven Moffat, creadores de la alabada serie Sherlock de la BBC, Drácula se vuelve una de las mejores adaptaciones que ha tenido el legendario vampiro.

Desde la famosa Nosferatu (la de Murnau de los años 20 y la protagonizada en 1979 por Klaus Kinski), pasando por la tremenda película que hiciera Francis Ford Coppola en 1992, la nueva entrega de la plataforma de streaming, en conjunto con la BBC, se ciñe a la historia original, pero con un estilo fresco y propio.

Repleta de guiños al horror de películas pasadas, un estilo oscuro, escenas que nos recuerdan al legendario Nosferatu y, lo más importante, una nueva Van Helsing (cazadora de vampiros) que se roba la serie.

Con tres capítulos, de una hora y media cada uno, la serie se hace corta, pero adecuada, como han sabido hacer los ingleses, aunque ya muchos están pidiendo a gritos que continúen con una segunda temporada.

El nuevo Drácula

Volviendo a la historia original, Drácula de Netflix se inicia fielmente a como es el libro de Stoker.

Es Jonathan Harker (John Heffernan), el legendario personaje del libro, el encargado de abrirnos la nueva historia de Drácula.

Harker, como abogado, llega al castillo del conde Drácula (Claes Bang), quien, al igual que en las adaptaciones anteriores más fieles, es prisionero del vampiro para iniciar esta gran historia.

Otro histórico personaje es Van Helsing, quien se hace presente pero, esta vez, como una monja y, pese a que esto suene descabellado, la nueva versión del cazador de vampiros es de lo mejor de la serie.

Es la monja Agatha Van Helsing (Dolly Wells), quien viene a ser el nuevo rival de Drácula, dándonos todo lo que el espectador quiere: es chistosa, seria también y una más que digna rival del vampiro.

Pero, pese a este pequeño cambio, la historia sigue siendo la que nos contaron en el libro, con un viaje de Drácula hacia Inglaterra para iniciar su reino del terror, uno que solo Van Helsing podrá detener.

Y pese a seguir de gran manera la historia original, la producción se siente fresca y novedosa. No es una copia calcada, toma los elementos centrales y claves de la novela y les da su propia esencia.

En resumen, esta Drácula no es sólo el material del libro, sino que también nos entrega una visión original, llevando al presente a este vampiro, en uno de los mejores momentos que nos entrega la nueva historia.

Oscura como el material original y fresca para el 2020, se convierte en una obligación para los fanáticos de los vampiros y una tremenda serie para los suscritos a Netflix.

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