En 2001, Studio Ghibli estrenó la que se convertiría en una de las películas más recordadas de este famoso estudio de animación japonés, El Viaje de Chihiro. 

Un filme que impresionó a todo el mundo y que marcó un antes y un después en Studio Ghibli.

¿Todavía no lo ves? Ahora puedes hacerlo en la comodidad de tu casa, porque hace un par de semanas llegó al catálogo de Netflix, junto a otros títulos de Studio Ghibli.

Realizada por el maestro de la animación Hayao Miyazaki, cuenta la historia de Chihiro, una niña de 12 años que durante una mudanza, queda atrapada en un mundo mágico y sobrenatural. Ahí, sus padres se convierten en cerdos y esta joven debe buscar la forma de liberarlos y volver a la normalidad.

Con una animación hermosa y personajes creativos, esta historia obtuvo una gran recepción en el mundo le dio el primer y único Oscar a este estudio y a la animación japonesa.

La importancia de Chihiro

Mi Vecino Totoro (1988) y La Princesa Mononoke (1997) eran dos grandes historias de este estudio nipón que ya habían encantado a la gente.

Pero el El Viaje de Chihiro fue más allá, porque es una las pocas producciones de animé que no son de nicho y logró maravillar a los fans de Diseney o Pixar, por ejemplo.

También a la Academia, que la premió con un Mejor Película de Animación, la única fuera de los grandes estudios de EE.UU. en ganar esta estatuilla.

La gran diferencia con Occidente

El animé siempre ha tenido grandes diferencias con las producciones estadounidenses. No todos quienes están a este lado del mundo se entretiene con las producciones asiáticas.

Pero, El Viaje de Chihiro demostró a gran parte del mundo la gran diferencia que tiene el animé con muchas producciones de empresas como Disney, Pixar o Dreamworks. ¿De qué manera lo hizo? No mirando en menos a los niños.

La historia de Chihiro, si bien se puede ver infantil, no pierde complejidad y grandes personajes, ni cae en chistes simples o giros obvios en la trama. Por el contrario, como la mayoría que hace Studio Ghibli, puede ser tan complejas como las cintas “adultas”.

Además, su protagonista fue muy distinta a los personas infantiles a los que estábamos acostumbrados. Una niña de 12 años que no es protegida por nadie ni está enamorada de un príncipe azul.

Chihiro toma su propio camino y decide resolver sus problemas, obvio que con un poco de miedo, pero sobrepasa las dificultades por si misma y por su familia.

¿Quién necesita una historia de amor cuando tienes una protagonista tan decidida?

Si quieres ver más películas de Studio Ghibli en Netflix, revisa esta nota.

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