Hollywood: la fantástica y nostálgica mirada de Ryan Murphy a los años dorados del cine
En su nueva apuesta, el Rey Midas de la TV, creador de series como Glee y The politician, ofrece un homenaje a la meca del cine, a través de la historia de un grupo de jóvenes soñadores en busca de fama y reconocimiento.
Luego de servir como soldado en la Segunda Guerra, Jack Castello (David Corenswet) está decidido a probar suerte en Hollywood como actor, tras crecer junto a los personajes, aventuras y dramas que veía en la pantalla de su cine local.
Con esta simple introducción, Ryan Murphy invita a los espectadores a un recorrido por los siete episodios de su más nueva apuesta junto a Netflix, luego de dar vida a famosas series como Glee y haber iniciado su asociación con la plataforma de streaming con la comedia The Politician.
Así, junto a Jack, quien además hace poco supo que sería padre de gemelos con su esposa Henrietta (Maude Apatow), arranca la nueva creación del denominado Rey Midas de la TV, que viaja a los años dorados de Tinseltown, como también se conoce a la meca del cine.
En busca de fama y reconocimiento
Junto a este veinteañero, que cada día visita los Estudios Ace para conseguir un papel como extra de algunas de sus películas, también se cuentan otros jóvenes que sueñan con concretar sus sueños de fama y reconocimiento en el Hollywood de los años 40.
Entre ellos el novel director Raymond Ainsley (Darren Criss), su novia y actriz Camille Washington (Laura Harrier), el aspirante a actor Roy Fitzgerald (Jake Picking) y Archie Coleman, un chico afroamericano que escribió un guión en torno a Peg Entwistle.
Esta última fue una casi desconocida actriz que se suicidó saltando desde el cartel de Hollywood en 1932. Una tragedia real que unirá a los protagonistas de la miniserie en torno a la realización de una película sobre Peg, bajo el alero de los Estudios Ace.
Y es en este último lugar donde se ubican los otros nombres claves en el relato de Hollywood: la esposa del director del estudio, Avis Amberg (Patti LuPone); la encargada de casting, Ellen Kincaid (Holland Taylor), y el jefe de producción, Dick Samuels (Joe Mantello).
Homenaje al Hollywood clásico
Así, con el grupo de jóvenes soñadores por un lado y su contraparte madura en el estudio, Murphy va construyendo este homenaje al Hollywood de los años 40. Pero decide ir más allá del relato netamente histórico y centrado en la ambición de sus protagonistas.
Él además se atreve a jugar con la fantasía y cómo podría haber sido la historia de La Meca del cine si algunos valientes se hubieran atrevido, en esos años, a superar las barreras de la misoginia, el racismo y la homofobia que ahí se experimentaban y que, tristemente, aún se viven.
Una mezcla de realidad -con la presencia de nombres como lo de Rock Hudson, Anna May Wong y Vivien Leigh– y ficción retro, a la que se suma una red de acompañantes masculinos liderada por Ernie, que oculta esta “empresa” bajo la fachada de una estación de servicio.
Este último papel a cargo de un sólido Dylan McDermott, quien así es parte de uno de los ingredientes claves de Hollywood: sus actores más “veteranos”. Un grupo donde también se cuentan LuPone, Taylor y Mantello, quien es mejor conocido por su trabajo en Broadway.
Del lado novato, son Pope y Weaving quienes sacan la cara al dar vida a los mejores momentos de los protagónicos más jóvenes. Instantes de buena actuación a los que se suma Jim Parsons cuando deja de lado la caricatura al encarnar al controvertido agente Henry Willson.
Además, no se puede dejar de nombrar la vibrante puesta en escena de esta miniserie, que recrea la moda de la época como también algunas calles y locales -como la droguería y la bencinera- de la ciudad de Los Angeles de hace más de ocho décadas.
Y si bien Hollywood no alcanza a ubicarse junto a otras creaciones de Murphy, como Glee y American horror story, posee un ritmo, singularidad y nivel de entretención que la convierten en una buena alternativa para disfrutarla en una nueva maratón con el auspicio de Netflix.
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