La marca del demonio: el exorcismo que llega a Netflix desde México

La marca del demonio: el exorcismo que llega a Netflix desde México
Foto: Promocional

El mexicano Diego Cohen dirige La marca del demonio, cinta donde un cura y su protegido deben ayudar a una chica que ha sido poseída por un demonio

En los últimos años, y en especial en época de cuarentena, Netflix se convirtió en la mejor vitrina para conocer la actividad cinematográfica más allá de Hollywood. En el caso de La marca del demonio, podemos conocer un ejemplo del terror según los mexicanos.

Esto porque la cinta de horror que dirige el joven realizador Diego Cohen -del que en la plataforma también se puede ver Romina– apuesta en su cinta por una de las temáticas del género que se han hecho famosas gracias a la industria fílmica: el exorcismo.

En su caso, a través de una historia que comienza tres décadas atrás, en un sector rural de Norteamérica habitado por menonitas -un grupo religioso apartado de la sociedad-, hasta donde llega un sacerdote a brindar su ayuda con un exorcismo.

Pero las cosas no salen como se esperaba y el niño que estaba poseído muere tras el conjuro del religioso y este se lo lleva lejos, en su camioneta. Sin embargo, en el camino el pequeño da muestras de vida y el cura decide abandonarlo en un terreno baldío.

Después, el relato lleva a los espectadores a la Ciudad de México del presente. Acá se conoce el misterioso Karl (Eivaut Rischen), que trabaja como exorcista sin ser sacerdote. Aunque es muy cercano a un cura: el español Tomás (Eduardo Noriega).

Al mismo tiempo, en otro lugar de la capital mexicana, la docente y experta en lenguas antiguas Cecilia de la Cueva (Lumi Cavazos) recibe un extraño y antiguo libro que decide llevar a su casa para revisar con detenimiento.

Lo que ella ignora es que este volumen tiene relación con el niño y el demonio que lo poseyó hace 30 años. El mismo que hará blanco de su poder maldito a una de sus dos hijas y cruzará el destino de la familia con el de Tomás y su protegido Karl.

Buenas intenciones y débil puesta en escena

Desde que comenzó su carrera en 2010, Diego Cohen  enfocó su carrera en el género del terror, llamando la atención de Netflix con Romina, su cinta de 2018 donde una chica se venga en un campamento de quienes abusaron de ella.

Con La marca del demonio continúa en el horror, explorando en el ámbito de las posesiones y el exorcismo, con buenos ejemplos en cintas como El exorcista (1973) y El exorcismo de Emily Rose (2005).

Sin embargo, en su última aventura el director azteca no logra grandes sustos ni momentos de verdadero suspenso. Esencialmente, por una puesta en escena donde queda al debe con los efectos especiales y un guión poco preciso y un tanto desordenado.

A esto se suma que el heterogéneo desempeño de La marca del demonio, donde se contraponen las actuaciones de Cavazos (Como agua para chocolate) y Noriega (Abre los ojos) con la de Eivaut Rischen, a pesar de la experiencia de éste en la TV y series como Run coyote run.

Pero no todo está perdido, ya que siempre será interesante para los fieles seguidores del género conocer una nueva apuesta, en especial si ésta viene de México y cuenta con unas acertadas fotografía y banda de sonido.

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