Parece que tal es la destrucción del hombre sobre la faz de la tierra, que antiguos dioses y héroes nórdicos están despertando para poner orden a este caos, es con lo que parte Ragnarok.

Reencarnados en personajes humanos, la lucha entre el bien y el mal será la tónica de esta serie de tan solo seis capítulos.

La definición de “Ragnarok” en la mitología nórdica es lo que es para nosotros el apocalipsis. Allí, dioses y gigantes tendrán una batalla final que decidirá el futuro del planeta.

Odda será el escenario de esta batalla épica camuflada en problemas modernos. Con imponentes montañas, mágicos fiordos y una belleza incomparable, este tranquilo pueblo está siendo amenazado por las fábricas de la poderosa familia Jutul.

Pero como siempre hay un salvador en toda historia, Magne (David Stakston) y su familia llegarán a vivir a este pueblo. Turid (Henriette Steenstrup), su madre ya viuda, intentará que este chico se adapte a este lugar que le trae recuerdos de la infancia. En cambio, su hermano Laurits (Jonas Strand Gravli) ya se siente como en casa por una extraña razón.

Si bien este grandulón tiene problemas de adaptabilidad –trauma probablemente adquirido por la muerte de su padre– se hará muy amigo de Isolde (Ylva Bjørkaas), una chica que es activista ambiental y que publica sus causas en Youtube. Una especie de Greta Thunberg noruega.

Isolde es quien denuncia los horrendos crímenes que se cometen contra la naturaleza en Odda. Perseguida y ostigada por sus detractores, esta chica investigará lo qué ocurre allí y una oculta verdad que está por destaparse con el derretimiento de los icebergs de estas vírgenes montañas confirmarán su teoría. Esto le costará muy caro.

Tras la extraña muerte de Isolde, Magne no cree que esto fue un accidente y sí hay terceros involucrados, por lo que hará hasta lo imposible para llegar a la verdad.

Acá se pone buena la serie

Tras llegar al pueblo, Magne desarrolla una magnífica fuerza que al parecer es un poder divino que no sabía tener y que en Odda se le irá acrecentando.

Con esta nueva arma de lucha, buscará los culpables de este crimen. Lo que él no sabe es que tendrá que luchar contra un antiguo mal.

Sin duda que los Jutul tienen mucho que ver con esta tragedia. Siendo amos y señores de estas montañas, todo lo que sucede allí es de su interés e incumbencia.

La llegada de Magne será una gran amenaza para los desconocidos planes de este enigmático clan liderado por Vidar (Gísli Örn Gardarsson) y Ran (Synnøve Macody).

Aunque parezca un drama juvenil, con algunos tintes de la saga de Crepusculo en algunas ocasiones, la serie es bastante entretenida para un público más amplio. Una interesante historia policial, el poder de las grandes industrias, el amenazante cambio climático y algo de mitología, es un buen mix.

Nada que decir de la fotografía. Con la tremenda belleza que existe en los países nórdicos, era lo mínimo que esta producción noruega nos podría ofrecer. Paisajes sobrecogedores, que nos hacen sentir como pequeños puntos en este paraíso que es la tierra.

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