Varias son las razones para ver Roma, la película que el director mexicano Alfonso Cuarón acaba de estrenar en siete salas de cine chilenas y sólo con un día de diferencia del servicio de streaming a la que pertenece, Netflix, que la pasará a partir de este viernes 14.

Como es de suponer, la primera justificación es la cantidad de premios que ha ido acumulando desde que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Ahí obtuvo el León de Oro, la máxima gratificación y, además, hace sólo unos días fue reconocida como la mejor película de 2018 según la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles, en EE.UU (recibió el mismo premio en Nueva York, Chicago y San Francisco).

Por supuesto que todos esos reconocimientos la han llevado a ser una de las posibles candidatas al Oscar y, por lo mismo, el director y también escritor de la cinta hizo una campaña a través de redes sociales para que la proyectaran en la pantalla grande. Es más, la grabó en 65 mm, es decir perfecta para ser mostrada en ese formato.

Y su llamado de atención funcionó. Este jueves 13 se estrenó con una sala prácticamente llena en la Cineteca Nacional (sala -2 del centro cultural La Moneda).

Para poner atención

Pero qué la hace tan llamativa. Sin duda su emotiva historia, la que se basa en la propia biografía de Cuarón. Sí, sus tintes personales hacen que esta se arriesgue sin temores no sólo a mostrar lo que sucedía en las familias acomodadas mexicanas de los años 1970 y 1971, sino también el contexto político y social que ahí se vivía.

Sólo a modo de referencia, Roma es la colonia o distrito donde estaba la casa de su infancia, y ahí también fue donde conoció a Liboria Rodríguez, el nombre real de la empleada doméstica que lo cuidó desde los nueve meses.

Justamente de eso se trata la película, de Libo (en la cinta se llama Cleo y es interpretado por la actriz Yalitza Aparicio), la mujer mixteca que trabajó como “nana”, de una familia que estaba quebrándose, pero que se dedicó a él y a sus hermanos como si fueran hijos.

Asimismo, no hay que dejar pasar unas de las escenas más fuertes y realistas, cuando ocurre la matanza de Corpus Christi o también llamada el Halconazo, en 1971, en que un grupo de paramilitares entrenados por la CIA mató a más de 100 estudiantes mexicanos que protestaban en las calles.

Y por supuesto, con trágicas consecuencias para la protagonista, con quien también hace constantemente el tránsito hacia las diferencias sociales que se viven en uno y otro lado de la ciudad.

Locaciones

¿Unos datos más para entusiasmarte a verla? La película está en blanco y negro y no fue filmada en estudio, sino que en el mismo barrio donde suceden los hechos. Tanto que reconstruyeron la casa de infancia de Cuarón lo más similar posible, para que todo tuviera la realidad necesaria.

Además los actores sólo conocían las escenas el mismo día de la grabación, algunas bien crudas y frías. Todo un desafío que está dando muy buenos frutos.

Si quieres verla en el cine, acá te contamos de las salas y horarios para verla, sino desde este viernes 14 estará en el servicio de streaming.

Mira la película acá