En 1986, Spike Lee estrenó She’s Gotta Have It, la película que marcó su debut como cineasta y que lo puso en el mapa del cine independiente americano.

Ahí, el por entonces novel director presentó al mundo a Nola Darling, la protagonista del filme, una artista veinteañera orgullosa de su origen afroamericano y de su sexualidad libre.

Tres décadas después, Nola volvió a la pantalla, en la serie del mismo nombre inspirada en esa cinta y que se estrenó en Netflix en noviembre de 2017.

El mismo Spike Lee es el guionista y director de esta serie, que en su primera temporada nos presentó a una Nola Darling del siglo XXI, guapa afromericana que vive en el barrio de Fort Greene, en Brooklyn, Nueva York.

En sus primeros 10 capítulos, puedes ver a Nola repartir su tiempo entre sus amigos, su arte y sus cuatro amantes: el padre de familia Jamie; el narcisita Greer; el divertido Mars y la muy segura Opal.

Va del drama a la comedia, con Nola como eje central, para tratar temas actuales, como el feminismo, el machismo, al racismo y la gentrificación que ataca a los barrios tradicionales.

Ahora, Netflix acaba de estrenar la segunda temporada de She’s Gotta Have It y es tan recomendable como la primera.

Feminista del siglo XXI

Algunas mujeres se van sentir identificadas con la nueva Nola Darling, interpretada estupendamente por DeWanda Dewise.

Es una feminista del siglo XXI, que vive según sus propios términos y que no permite que nadie le diga cómo vivir su vida, su sexualidad y menos su arte.

Por eso, en esta segunda temporada -que también tiene 10 capitulos- Nola se aleja de las relaciones con sus amantes, hombres inmaduros que sólo saben mirarse el ombligo.

Eso permite que la serie profundice otros aspectos, como la carrera artística de Nola y la gentrificación que afecta a Fort Green.

También, conocer con más detalles la vida de otros personajes, como el drama de Shemekka, la amiga de Nola, o de Mars Blakmon que, como dato, en la película original lo interpretó el mismo Spike Lee.

Precisamente gracias a Mars -un nuyorican entrañable que parece sacado de otro planeta- Nola viaja a Puerto Rico, lugar que la marca profundamente y la única vez que la serie sale de Brooklyn.

Por cierto, Brooklyn es uno de los protagonistas invisibles de She’s Gotta Have It, porque toda la serie es una especie de carta de amor a este distrito de Nueva York y, por consiguiente, a la comunidad afroamericana.

Ese homenaje a este rica cultura tiene en esta temporada un episodio imperdible, en el que se organiza una gran fiesta callejera tributo a Prince.

Y es que la música en She’s Gotta Have It -como en casi toda la filmografía de Spike Lee- juega un papel crucial.

Lo que se oye en todo sus capítulos son músicos de la diáspora negra y latina, desde Marvin Gaye a Fran Ocean, pasando por Erykah Badu, Héctor Lavoe y Meshell Ndegeocello.

Puedes ver la segunda temporada de She’s Gotta Have It acá.