En Chile existen varios centros de esquí en el centro y sur del país, por ejemplo Corralco que está en Malalcahuello, el pueblo ubicado en la cordillera de la Región de la Araucanía.
¿Lo conoces? Si aún no lo visitas, acá te damos cuatro razones de por qué tienes que ir.
1. Está en un bosque de araucarias
(Foto: Arthur Ghilini/ Corralco)
Lo primero que destacaremos es que este centro de esquí se encuentra en medio de la Reserva Nacional Malalcahuello, a 120 km de Temuco.
Ahí, en plena cordillera de los Andes, está el también hotel de montaña que funciona respetando la naturaleza: tiene paneles solares y no usa nada que contamine el sector.
Seguro que apenas llegues te darán ganas de salir a recorrer los senderos de estas 31 mil hectáreas, los que están rodeados de ejemplares de araucarias de 1000 años y de casi dos metros de diámetros.
Es un paisaje alucinante, donde además te toparás con zorros, cóndores y en las épocas de menos frío, con pájaros carpinteros.
2. Rodeado de volcanes
(Foto: Arthur Ghilini/ Corralco)
Eso no es todo, a sus araucarias se suma que está rodeado de volcanes, como el Lonquimay y el Sierra Nevada.
Desde las pistas se pueden ver los cráteres y en las temporadas de calor, incluso, las marcas que dejó la lava.
Te recomendamos que mientras esquies en algunas de sus 29 pistas -para expertos y no tanto-, mires a tu alrededor y te sorprendas con el paisaje.
Ojo: tienes otra manera para impactarte con éste, puedes salir a caminar con bastones para la nieve.
Irás con un guía, quien te llevará a recorrer los senderos y te irá mostrando la flora y fauna.
También puedes hacerlo en el snowpark o en el parque de nieve mientras vas en trineos.
Si vas en familia, deja a tus niños (dos a seis años) en la sala infantil.
Ahí, educadoras de párvulos les harán juegos y actividades para que se diviertan.
3. Cocina local en Corralco
(Foto: Gentileza Corralco)
Otro de los fuertes de este resort, es su restaurante.
Hasta ahí llegó hace dos meses el chef Miguel Catricheo (ex de la Reserva Huilo Huilo), quien cocina con productos locales, como murta, piñones, mote y trigo.
Al almuerzo le darán a elegir tres sugerencias del chef y para la cena un menú de degustación.
Si bien los platos cambian a diario, en este cómodo local te puede tocar, por ejemplo, un puré de piñones con una sabrosa carne de chivo.
Eso, además de preparaciones con charcutería de la zona, quesos que hacen los mismos vecinos y sopas de changle, el hongo comestible de esta región.
Ojo, con los postres que hacen con berries que recolectan ahí mismo.
Si quieres esquiar el día entero y no bajar los 5 km hasta el restaurante, tienes que saber que hay opciones: dos cafeterías con sándwiches y platos rápidos, como un costillar de cerdo con papas fritas.
4. Piscinas temperadas
(Foto: Gentileza Corralco)
Buena idea es que te quedes a alojar ahí (revisa los planes aquí).
Así, después de una extensa jornada de esquí, podrás relajarte en las dos piscina temperadas.
Si bien están bajo techo, igual te dará la impresión que estás al aire libre.
Lo anterior, porque tiene enormes ventanales desde los que se ve la reserva de araucarias y el volcán Lonquimay.
Asimismo, pero en la noche, no te quedes sin sumarte a las actividades que hacen en la terraza de las piscinas.
Ahí, encienden fogones para pasar un buen rato mirando las estrellas y conversando.
*Revisa esta guía de panoramas en Malalcahuello (pincha acá)