Ahora que se extendió el horario de verano para el resto del año, oscurece más tarde en la ciudad. Ese cambio, junto con las agradables temperaturas, invitan a pasar fuera de casa las horas previas al descanso. Aquí, algunas propuestas para aprovechar las “nuevas” tardes de otoño.

 

Hora de once fuera de casa

Salga de su trabajo un poquito más temprano, pase por sus niños y vaya a tomar once al Café Arbret, en Av. Luis Pasteur, un lugar hecho para comer cosas ricas mientras los más chicos juegan en las colchonetas y carpas estilo apache o pintan con lápices de colores en las mesitas y sillas dispuestas para eso. Si hoy los lleva disfrazados, mejor, porque en el local les darán una cajita con dulces y juguetes de regalo a los que así lo hagan. Hay una terraza que da a la calle, muy agradable al atardecer en esta época. ¿Qué pedir? Son varias las ofertas, pero la mezcla favorita de los niños son los cupcakes caseros más un jugo natural, de chirimoya o frutilla, a $ 2.990. Para los grandes, un capuccino, suave y cremoso, hecho con café italiano, acompañado de un surtido de galletitas caseras, por $ 3.690.

Un picnic bailable junto al río:

Busque una manta, prepare una canasta con delicias y prográmese para pasar la tarde del sábado con la familia o los amigos a la orilla del Mapocho. Mañana, en el Parque de las Esculturas, en la ribera norte del río, se hará el Sundeck sunset in the park 2.0, la segunda versión de esta fiesta que mezcla el picnic con música electrónica. Parte temprano, a las 12 PM, pero lo mejor es disfrutarla pasadas las 6 PM, a esa hora del día en que el sol regala colores especiales a la ciudad y el río. Vaya con los niños, porque es de los pocos encuentros electrónicos donde les permiten la entrada.

Ahí se encontrarán con un escenario donde todo el día irán rotando músicos y Dj chilenos y también del extranjero. El encargado de abrir la jornada será todo un referente local, Alejandro Vivanco, con su mezcla de electro y minimal. El cierre correrá por cuenta de los británicos Audiofly. Su sesión de house elegante y sedoso, de las 6.30 PM a las 8.55 PM, será la mejor banda sonora para la puesta de sol. Cuando quiera descansar un rato del baile, lleve a los niños a las zonas con juegos inflables. También al sector donde se impartirán talleres, como el de origami y uno en el que enseñarán a usar tornamesas y sintetizadores. Quizás ahí les pique el bichito y se quieran convertir en pinchadiscos. Si le da pereza armar una canasta para este picnic, no se preocupe, porque en el parque habrá carritos que venderán sándwiches, crêpes, brownies y helados. Cuando le dé sed, pase por la barra de jugos naturales o la de cocteles, donde podrá beber cervezas, espumantes y mojitos. Disfrútelos bajo los árboles o a la sombra de las zonas de descanso habilitadas.

Trekking after office:

¿Se resiste a encerrarse en un gimnasio mientras haya buen tiempo? Entonces, la oferta de Andes Explora es ideal para usted: subir el cerro Carpa, en Lo Barnechea, en un trekking al atardecer. El punto de encuentro es el Metro Los Dominicos, a las 7.30 PM. Desde ahí lo trasladan a la precordillera, donde a cada integrante del grupo le entregan bastones de trekking, linternas frontales y un snack con barras y bebidas energéticas.

A la cima del recorrido –una meseta del cerro- llegará cerca de las 9.20 PM, haciendo pausas en miradores. A 1.600 m de altura, la vista de la ciudad se disfruta a la luz de la luna, alrededor de una fogata y degustando vinos y quesos. Tras un descenso de 40 minutos, se vuelve al punto de encuentro antes de las 11 PM. Para esta época del año, lleve polera, polerón, cortaviento y, si es friolento, una parka.

Un happy hour insuperable:

Justo donde estaba la cancha de patinaje de Los Cobres de Vitacura se ubica Cuper & Co. Tiene una enorme terraza, que se ha convertido en uno de los mejores lugares para el after office. Bajo el concepto del urban food, ofrece comida rápida y fácil de comer, ojalá con las manos. Ahí, de lunes a viernes, de 7 PM a 9 PM, puede disfrutar de un happy hour con 25 tipos de cocteles a mitad de precio, como los mojitos de frutilla, chirimoya o mango ($ 2.500) o el cóctel de la casa, el Ojos Verdes, con vodka, curaçao, naranja y jugo de limón ($ 1.900). Acompáñelos de una buena tabla, que aquí son contundentes, como la Del mar, con fish & chips (pescado frito y papas fritas), calamares, camarones apanados en coco y panko, huevos revueltos con salmón ahumado y papas rústicas ($ 23.000, alcanza para cuatro personas).

Un atardecer en el Valle del Maule:

Disfrutar de una tarde bien lejos del bullicio citadino, ver la puesta de sol en medio de un cuidado paraje y, además, degustar un buen vino. Este panorama es el que ofrece la Viña Casa Donoso en su fundo La Oriental que, como dice su nombre, se sitúa a 10 minutos al oriente de Talca. Si está por allá, reserve su picnic para dos, justo a la hora en que sale del trabajo. Al llegar, encontrará la manta para tenderse en medio de las centenarias parras del lugar. También, dos botellas de vino, un tinto y un blanco a elección, además de un picoteo con panes, finos quesos, frutos secos, higos y agua mineral. Además, incluye una degustación del “vino de la semana”, el que habitualmente es un reserva o gran reserva. El mejor remate para la tarde es una visita guiada por las viñas y los cuidados jardines del fundo.

La magia de los títeres:

No hay consola ni tablet que supere la impresión de un niño frente a una muestra de títeres por primera vez. Si quiere comprobarlo, está la función gratuita de La fantasma cosquillosa, de la compañía Opus Magnum, que se exhibe mañana por última vez en la Fundación Cultural de Providencia. Escrita por Alejandro Jodorowsky en 1948, quien entonces recorrió Chile con gran éxito, presenta la travesía del valiente Perico, un niño que va en búsqueda de un fantasma que habita un castillo custodiado por un duro guardia. Tal como en esa primera versión, los muñecos están hechos de papel de diario, masking tape, telas y pintura, al igual que el escenario. El resto, la magia que crean, surge en esa interacción que los muñecos establecen con los niños, quienes pueden sentarse en el suelo y seguir de cerca la acción.

Pedaleo en el parque Renato Poblete:

Es la continuación hacia el poniente del Parque de los Reyes. Abrió recién a fines de enero y de a poco se ha ido convirtiendo en el epicentro de la diversión y el deporte al aire libre para los habitantes de comunas como Quinta Normal, Santiago y Cerro Navia. Pero no son pocos los que atraviesan toda la capital, desde el sector oriente, para ir al atardecer al Parque Renato Poblete. Llegan al estacionamiento gratuito del lugar con el auto cargado de bicicletas y con sus niños, ansiosos por pedalear y conocer este nuevo pulmón verde de la ciudad.

¿Por qué “pegarse el pique”? En las 20 ha del recinto -que funciona cerrado y con guardias- hay una ciclovía pavimentada de 1 km de largo y 3 m de ancho. La ruta corre por el borde del río Mapocho, con una vista que por momentos les hace un guiño a las riberas del Sena, en París, o del Spree, en Berlín. A diario, a eso de las 7 PM, se puede ver a cientos de papás e hijos montados sobre sus bicis disfrutando del paisaje ribereño y del resto del parque, que en su centro tiene una laguna de tres hectáreas alimentada con agua del propio Mapocho, cruzada por senderos y pasarelas, y rodeada de áreas verdes para tenderse y hacer un picnic.

¿Lo único que le falta? Que plátanos orientales, abedules, palmas chilenas y el resto de los árboles del recinto crezcan, para dar más sombra a los visitantes. También, que se habilite el embarcadero para poder culminar el paseo con un par de vueltas en bote o kayak por la laguna. Aproveche estos últimos días en que el parque está abierto hasta las 9 PM y es grato recorrerlo al ponerse el sol. A partir del próximo 1 de abril, la hora de cierre será a las 6 PM.

Terraza, cocteles y música en vivo:

Si le gusta ver cómo cambian los colores en el cielo de la ciudad, justo en esa hora en que comienza a oscurecer, entonces vaya a Caleta Lastarria, el restaurante ubicado en el Mall Sport. Tiene dos terrazas, una en el segundo piso, desde donde puede apreciar cómo cae la noche frente a una laguna y disfrutar de un happy hour con los amigos. De lunes a viernes, entre las 4 PM y las 9 PM, toda su coctelería está con descuentos, como el pisco sour, el terremoto (que puede pedir en jarra), el kir royal y el chardonnay sour. Pregunte por las promociones, que van cambiando a diario y que son una verdadera tentación, como las noches de ostras y espumantes, en las que pagando $ 14.990 puede comer todas las ostras de borde negro que quiera, traídas de Calbuco. Baje también a su cantina, donde con frecuencia hay música en vivo.

En la playa del Mapocho:

Si echa de menos los atardeceres frente al mar, vaya este martes 31 al río Mapocho. Sí, al mismo río, porque en su lecho, a la altura de Vitacura, se hará la segunda versión de La Carmela, un sunset organizado por la oficina de arquitectura Muva con la idea de potenciar al Mapocho como un espacio para el ocio y la cultura. Justo después del trabajo, desde las 7.30 PM, ahí se encontrará con espacios de descanso sombreados, actividades y un escenario donde tocará el grupo de electrónica experimental Acrobatic. También habrá varias marcas obsequiando cocteles y helados. Lo mejor de todo es que es gratis y que puede ir con los niños. Sólo debe mandar un mail a los organizadores y de vuelta le llegará la invitación con las coordenadas exactas de esta playa. Ojo, que sólo hay cupos para mil personas.

Una rave en la precordillera

Aunque hoy abundan los festivales en espacios abiertos, ninguno es como la rave Bosque Libre, que se realizará este fin de semana en el Cajón del Maipo. Dice Daniel Klauser, productor del evento, que la idea nació por la falta de espacios para la música electrónica. Y buscando un encuentro con la naturaleza, dio con el Camping Quempo, camino a El Alfalfal. Lo particular de esta fiesta es que partirá el sábado y durará hasta el domingo, a las 7 PM. Tocarán más de 15 músicos, como el alemán radicado en Chile Atom TM, quien se presentará a las 2 AM. Al atardecer del sábado podrá escuchar al penquista Nabucodonosor, de la banda de rock Julia Smith. También habrá muralistas y visualistas proyectando sus obras en el escenario. El precio incluye el espacio para acampar, pero debe llevar su propia carpa.

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