Sin duda, en el año 2022 el Parque de Los Reyes lucirá con un sello único y diferenciador. Sí, porque ahí se construirá el monumento Venus, para visibilizar el aporte de las mujeres en la sociedad chilena.
Se trata de un trabajo colaborativo entre las artistas Josefina Guilisasti, Cecilia Puga, Paula Velasco y Bárbara Barreda, quienes concursaron en la convocatoria para realizar una escultura a las mujeres en un espacio público del Ministerio de la Mujer, el Ministerio de las Cultura, la Municipalidad de Santiago, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y el Capítulo Chileno del Museo Nacional de la Mujer en las Artes (NMWA).
Así, esta escultura de aproximadamente 13,5 metros de largo, 8,5 m. de ancho y 9,5 m. de altura, resultó con el primer lugar -de entre más de 30 concursantes-, y sus creadoras tendrán cerca de seis meses para instalarla en este importante pulmón verde capitalino.
Se espera que en enero del próximo año, puedas ir a observar esta obra que se las juega con un lenguaje visual original.
Esto, porque “destaca por su forma y materialidad, como también por su apertura imaginativa de libre interpretación que va más allá de los estereotipos”, señaló el jurado compuesto por Beatriz Bustos, directora del Centro Cultural La Moneda; Bernardo Oyarzún, artista visual que representó a Chile en la 57 Bienal de Venecia 2017; Fernando Pérez, director del Museo Nacional de Bellas Artes; María Irene Alcalde, directora del Museo de Artes Visuales, y Silvia Westermann, presidenta de la Academia Chilena de Bellas Artes
Detalles del monumento Venus
Esta propuesta consiste en un artefacto tridimensional de doble capa, tejido con barras lisas soldables de 12 mm de acero A360, que envuelve un espacio habitable, y que llega al suelo a través de tubos de 1,5 de acero y espesor 3.63 mm, calidad ASTM A53.
Para lograr lo señalado, el monumento se anclará al suelo mediante una fundación corrida armada, en la que se insertan los tubos de 1,5”.
De esta manera, ofrece un recorrido interno que invita al espectador a una experiencia inmersiva de reflexión e interacción. Asímismo, su estructura está hecha a través de una trama que se relaciona metafórica y conceptualmente a la disciplina del tejido. Todo, para representar conceptos como la intimidad y la protección, y la necesidad de proyectarse en el espacio exterior.
En palabras de las artistas esta es una propuesta que “en su diseño acude a una resignificación de los valores asociados a las mujeres (lo interno, lo íntimo, un lugar de refugio), desplegado en un espacio habitable que por su forma recibe, pero también se protege a sí mismo”.