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Siete parques donde los volantines toman vuelo

Septiembre no sería lo mismo sin las cometas de papel que en este mes surcan los cielos. Al igual que los circos, es una de esas tradiciones que ya se hicieron criollas y que les dan color a las Fiestas Patrias. La historia de los volantines es antigua, porque comenzó hace más de 2.500 años, […]

Septiembre no sería lo mismo sin las cometas de papel que en este mes surcan los cielos. Al igual que los circos, es una de esas tradiciones que ya se hicieron criollas y que les dan color a las Fiestas Patrias. La historia de los volantines es antigua, porque comenzó hace más de 2.500 años, en China, para enviar señales en los campos de batalla. A Chile, en cambio, llega como un juego, en la época de La Colonia. La trajeron los misioneros españoles y el gobernador Ambrosio O’Higgins, padre de Bernardo, fue uno de los que se encargó de difundir su práctica.

Hoy, es una entretención transversal, que cautiva a chicos y a grandes. Por eso es normal ver en estos días a familias enteras encumbrando sus cometas -algunas de plástico, otras de papel- en parques y plazas.

No todos los lugares son adecuados para practicarlo de manera segura. Los mejores son aquellos en donde no hay cableado eléctrico y que están alejados de autopistas, para así evitar accidentes. Según la campaña Volantín Seguro, de Chilectra, en la Región Metropolitana existen 68 parques, repartidos en 27 comunas, donde puede ir a elevarlos sin riesgos. Puede revisar el mapa en www.chilectra.cl.

Uno de esos es el Parque Padre Hurtado, ex Intercomunal. Aquí puede llegar, si quiere, sin cometas, porque las venden junto a la entrada principal y también adentro (desde $ 1.500). Los mejores lugares para encumbrar son sus dos grandes explanadas, la que está junto a la laguna y la que se ubica en la zona de los quinchos. Esto, porque ambas gozan de vientos privilegiados, por su cercanía con la cordillera. Así, los volantines agarran vuelo sin problema.

Esta entretención puede ser una buena excusa para pasar el día ahí, porque hay pérgolas con mesas y asaderas para armar un almuerzo dieciochero. El arriendo de una cuesta $ 5.000 el día completo. Como se permite el ingreso de autos al recinto ($ 3.000 hasta cinco personas), los implementos para el asado se pueden llevar de forma cómoda.

En el Parque Araucano, la zona cercana a Manquehue es una de las más recomendables, porque tiene una pequeña explanada y una loma que permite tomar vuelo. Si los niños se cansan, puede llevarlos al sector poniente del recinto, donde hay columpios y otros juegos infantiles.

Aproveche de ir al Parque O’Higgins antes de que los santiaguinos se vuelquen a las fondas de ahí para celebrar Fiestas Patrias. Tiene varias ventajas, como su cercanía con una estación de Metro y que en su acceso por Av. Matta encontrará a varios vendedores de volantines, desde $ 150. También ofrecen hilo y cinta adhesiva, para parcharlos si se rompen. Llévelo a elevar a la planicie frente al Arena, que es espaciosa y abierta, lo que hace que el viento fluya.

En Valparaíso, uno de los mejores lugares para divertirse con este juego es el Parque Cultural de Valparaíso, que se emplaza en un terreno plano del cerro Cárcel. Vaya después de las 4 PM, porque a esa hora se levanta una brisa ideal para encumbrar. Si el día está despejado, arme un picnic bajo la sombra de los pimientos.

En parques naturales
Una de las ventajas de los parques naturales cercanos a las ciudades es que poseen extensas áreas libres de tendido eléctrico. Por eso son ideales para llevar a los niños a elevar sus volantines. En la precordillera de Santiago hay dos que aparecen en el mapa de Chilectra, el Mahuida, en La Reina, y Quebrada de Macul, en Peñalolén. En el primero puede pasar la tarde, porque hay una zona de picnic, que cuesta $ 10.000 para 10 personas, por el día. En ninguno de los dos venden cometas, así es que lleve la suya.

En Concepción sus habitantes van al sector de Laguna Redonda, a 10 minutos del centro de la ciudad. Es un lugar donde los niños pueden aprovechar sus espacios abiertos para hacer que sus volantines vuelen y, los más grandes, la sombra de los sauces.

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Cómo elegir la mejor cometa
Boris Prado, volantinero con más de 30 años de experiencia, recomienda las que están hechas con la técnica de calado, aquellas que se hacen con trozos de papel pegados (como la de la foto) y no los impresos.

Esto hace que sean más livianas y más sencillas de echar a volar. ¿Qué forma debe tener? Para los principiantes, sean niños o adultos, son ideales las “ñeclas”, un cuadrado de 15 cm por lado, con una o tres colas que se elevan casi sin viento. También la “choncha”, hecha con papel de diario. Para los más avezados están los “volantines chilenos”, también cuadrados, de 49 cm por lado, y los “pavos”, de 52 cm.

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