¿Es de aquellos a quienes les resulta complicado incorporar el ejercicio a la rutina diaria? Vaya a conocer Dmoov, un gimnasio que se inauguró esta semana en Las Condes y donde ponen especial cuidado en evitar esas cosas que lo pueden alejar de practicar deportes dentro de estos lugares.

Por ejemplo, el área de entrenamiento funcional tiene pasto sintético, para olvidarse por unos minutos del encierro y hacer más agradable la práctica ahí. Y en vez de la molesta pinza que mide el Indice de Masa Corporal (IMC), aquí importaron una máquina de medición antropométrica que, con sólo subirse a la pesa y registrar las huellas dactilares, revela todo lo que uno no quiere ver cuando parte un desafío de este tipo, como el porcentaje de grasa.

¿Otros atractivos que hacen de éste un gimnasio diferente? Su pista de trote interior, junto a máquinas y tecnologías de última generación. Como las bicicletas para spinning que poseen movimiento lateral, únicas en Sudamérica y que evitan que se dañen las articulaciones. Y durante las clases de entrenamiento funcional -que duran 40 minutos-, el monitoreo es constante: se mide la frecuencia cardíaca de cada alumno en tiempo real, y los resultados se ven en las pantallas led con conexión vía Bluetooth.

Ojo, que por cada 15 alumnos hay un profesor, todos certificados con estándares estadounidenses y europeos. Eso sí, como el foco del recinto es el fitness, aquí no hay ni spa ni masajes, pero sí un lounge con Wi-Fi, por si le quedó algún pendiente al salir de la oficina.

¿Quiere probar una clase gratis en Dmoov? Escriba a alfonso.tordecilla@dmoov.com: hay 45 cupos disponibles para los lectores de Finde.