Los espumantes crecen como su espuma. Las cifras de la Organización Internacional del Vino son reveladoras: dicen que el consumo mundial de vinos ha aumentado un 4% en los últimos 10 años, y que los espumantes dentro de esa torta han crecido un 30%. Hace 15 años, los vinos espumantes eran producidos sólo por Francia, Italia, Alemania y España. Ahora, hay nuevos competidores: Estados Unidos, Australia, Brasil, Argentina y, por supuesto, Chile, todos con exponentes de lujo. Aquí, una selección para descorchar la última noche del año.
Los nacionales renovados
Si bien hay viñas locales que se sumaron al furor de las burbujas, las de siempre no han parado de perfeccionarse. Miguel Torres, por ejemplo, movió su delicioso espumante 100% pinot noir -el mejor de Chile por varios años- a su línea de vinos blancos y tintos, Cordillera ($ 12.590).
Lo venden en Jumbo, Larbos y en el mismo club de la viña en www.everwines.cl. En este sitio, ofrecen también Callía Dulce ($ 6.290), un espumante argentino con más 50 g de azúcar por litro, de la cepa torrontés, perfecto para postres. Viña Valdivieso, en tanto, sumó calidad con varios espumantes nuevos, entre ellos, su Nature Cuvée Prestige, el más seco y elegante de todos, elaborado con chardonnay y pinot noir ($ 9.900). Ideal para un picoteo de entradas frías con jaibas y camarones. Los encuentra en Larbos, en Lider y Supermercados Diez.
Botellas de lujo
La viña Terranoble creó un espumante color rosa muy pálido ($ 12.990, en La Vinoteca), de acidez exquisita y profundo sabor, que es perfecto para acompañar mariscos frescos, como ostras.
Del mismo valle de Casablanca llegan, además, los nuevos espumantes más exuberantes, envueltos en arte: los de la Bodegas Re. Se llaman ReNoir, porque son 100% de pinot noir ($ 28.000 c/u, sólo en la viña), y se puede escoger entre la versión Nature o Virgen. Ojo, que el pinot Virgen viene con sus levaduras dentro de la botella, lo que lo hace más cremoso e intenso.
Para los clásicos
La región de Champaña, al norte de Francia, es la más prestigiosa entre todos los productores del mundo. No sólo porque allí se creó el método champenoise (el más complejo y difícil de elaborar, porque implica agregar el azúcar y levaduras para producir la segunda fermentación y sus burbujas, de botella en botella), sino por la calidad de sus exponentes. Mi recomendación para comenzar la cena de fin de año con los platos fríos es una liviana y cítrica champaña Veuve Clicquot Ponsardin Brut ($ 59.900).
Luego, para el plato principal, seguir con Taittinger Prestige Rosé ($ 79.900), con más grasa y volumen en boca, ideal para pavos, patos e, incluso, cerdos asados. Larbos las tiene, junto con buena selección de espumantes argentinos (como el Brut de Chandon, $ 9.900) e italianos. Si quiere un cava español déjese seducir por el Reserva Heredad de Segura Viudas ($ 17.900, en Supermercados Diez). Tiene un empaque de lujo y una buena relación precio/calidad.