La existencia de la joven Agathe-Sidonie Laborde (Léa Seydoux) se reduce a estar preparada para que en cualquier momento la Reina María Antonieta (Diane Kruger) requiera de su presencia, cuando necesite oír de sus labios la lectura de diversos textos, desde los poemas y libros de moda en el siglo XVIII a las gacetillas ilustradas con las últimas tendencias del vestuario.
Una labor que la muchacha disfruta, ya que su admiración por la esposa austriaca del rey francés Luis XVI supera el cansancio. Cualquier minuto que la soberana decida compartir con ella es un bien muy preciado.
Es esa misma posición como lectora real la que le permite a Sidonie ser testigo de lo que acontece dentro del palacio de Versalles y conocer de boca de otros empleados sobre el peligro que los acecha.
Esto, porque corre julio de 1789 y los aires revolucionarios se agitan con fuerza sobre París, luego de que un grupo se tomara la Bastilla -usada por esos días como la cárcel real- y ahora quiere derrocar a la despilfarradora realeza.
Así, con el fantasma de la guillotina pendiendo sobre sus cuellos, los reyes, su corte y el resto de los empleados de palacio esperan su destino.
En un juego del guión que le permite al director de Adiós a la reina, Benoît Jacquot, retratar parte de la historia francesa como también los últimos días de la monarquía, en un Versalles donde la opulencia de los decorados y las vestimentas de los nobles se contraponen con la humildad de sus sirvientes y las plagas de mosquitos y ratones que se esconden en los jardines.
Jacquot, además, explora los rasgos de María Antonieta, presentándola como una mujer que amaba sus joyas y vestidos tanto como a su favorita, la duquesa Gabrielle de Polignac (Virginie Ledoyen). Todo, a través de la mirada de la inocente y devota Sidonie.
Título original: Les Adieux à la Reine
Dirección: Benoît Jacquot
Actores: Léa Seydoux, Diane Kruger, Virginie Ledoyen
Calificación: para mayores de 14 años.
Funciones sólo en sala de Cine UC.