Creado en 1941 por Mort Weisinger y Paul Norris, Aquaman es uno de los personajes más antiguos de DC Comics, pero hasta hace unos pocos años su presencia en pantalla –sea chica o grande- solo se remitía a sus versiones para la TV, como en los Súper Amigos de Hanna-Barbera, y un par de largometrajes animados.
No fue hasta comienzos de esta década que el héroe llegó a las salas de cine como parte del Universo Expandido de DC, como secundario en Batman vs Superman (2016) y Liga de la Justicia (2017), para ahora tomarse la pantalla grande con su propia película.
En su cinta, es el propio Aquaman quien relata su historia desde que su padre Thomas Curry (Temuera Morrison), el guardafaros de un sector de la costa de Maine, descubrió en medio del borde costero a una mujer mal herida.
Esta última resultó ser Atlanna (Nicole Kidman), una princesa de la Atlántida que se había escapado de un matrimonio obligado.
La diaria convivencia hizo surgir el amor entre ambos y más tarde dio vida a su hijo, Arthur, un niño con poderes sobrehumanos y la capacidad de comunicarse con los seres marinos.
Ya como adulto, Arthur (Jason Momoa) utiliza sus habilidades para combatir a los malvados, como piratas modernos, mientras comparte algunas horas con su padre, quien todavía espera el retorno de Atlanna, luego de que ella tuviera que volver al mar, hace ya varios años, para protegerlo a él y a su hijo de la furia de los atlantes.
Pero la aparición de la princesa submarina Mera (Amber Heard) cambia los planes de Arthur, ya que ella le pide ayuda para detener a Orm (Patrick Wilson), quien también es hijo de Atlanna y busca reunir bajo su guía a los siete reinos para destruir a los habitantes terrestres del planeta.
Luego de la aplaudida versión de Mujer Maravilla, de Patty Jenkins, y la menos alabada Liga de la Justicia, de Zack Snyder, el tener en la dirección de Aquaman al sólido James Wan (La Noche del Demonio, El Conjuro) hacía suponer que su versión del héroe marino superaría la media de las películas con el sello DC Comics.
Sin embargo, el resultado es menos de lo esperado, ya que la acción –con largas escenas de peleas bajo el agua- supera al contenido.
Y la simpatía de Jason Momoa, además de su buena química con Amber Heard, no logra sostener casi dos horas y media de un metraje plagado de efectos especiales y actuaciones forzadas, donde se desperdicia el talento de figuras como Nicole Kidman, Willem Dafoe y Patrick Wilson.
DIRECCIÓN: James Wan
PROTAGONISTAS: Jason Momoa, Amber Heard, Dolph Lundgren, Nicole Kidman, Patrick Wilson
GÉNERO: Aventuras/Acción
EDAD: Para todo espectador mayor de 7 años