El drama marcado por la sexualidad y la ciencia ficción han definido la carrera como director del neerlandés Paul Verhoeven. Sin embargo, lo histórico también tiene espacio en cintas como Eric, oficial de la reina, El libro negro y su más reciente realización:Benedetta.
El último largometraje del director de RoboCop, Bajos instintos y la premiada Elle, que revive un pasaje anclado en la Europa del siglo XVII, teniendo como inspiración un texto publicado en 1986: Immodest acts: the life of a lesbian nun in renaissance Italy.
Una obra de la historiadora Judith C. Brown que trajo a la actualidad la figura de la Hermana Benedetta Carlini, Abadesa del Convento de la Madre de Dios, una mujer que alcanzó gran poder en su comunidad, pero también fue castigada por safismo.
Una obra a la que consideran como la documentación más antigua del lesbianismo en la historia occidental moderna, y ofrece a Verhoeven y el guionista David Birke la inspiración para desarrollar en pantalla una narración que mezcla realidad y ficción.
La cual se inicia a fines del siglo XVI, cuando una pequeña Benedetta (Elena Plonka) viaja junto a sus padres, el próspero italiano Giuliano Carlini (David Clavel) y su esposa Midea (Clotilde Courau), hasta el convento en Pescia al que ella ingresará como novicia.
Un destino que quedó sellado cuando Midea enfrentó un parto que puso en riesgo su vida y la de su única hija, ante el cual Giuliano ofreció consagrar a la niña a Dios si ellas se salvaban. Así, a sus nueve años la pequeña llega al monasterio.
Entre las visiones y la pasión
Años más tarde, Benedetta (ahora encarnada por Virginie Efira) es monja y parte activa de las actividades del convento. Pero algo cambia su rutina: visiones místicas, donde conversa con Jesús o tiene extrañas revelaciones.
Algo que es visto con desconfianza por la encargada de la congregación, la abadesa Felicita (Charlotte Rampling), en especial luego que Benedetta recibe los estigmas -marcas como las de Cristo en la cruz- en sus palmas y pies mientras duerme.
Esto porque cuando se le hace notar a la religiosa que no tiene las señales de la corona de espina en su frente, oportunamente aparecen después de otra visión. Un hecho del que fue testigo Sor Christina (Louise Chevillotte) y del cual ésta duda por completo.
Lo que sucede al mismo tiempo que la novicia Bartolomea (Daphne Patakia) se convierte en asistente de la protagonista, para ayudarla con sus heridas y a vigilar su sueño. Lo que afianza una relación íntima entre ellas, que luego pasa a lo sexual.
Un vínculo que marcará el destino de Benedetta, luego de que su cercanía con lo divino la lleve a convertirse en la nueva abadesa, haciendo que Sor Felicita -que ha sido testigo de su relación con Bartolomea- la acuse con el Nuncio de Florencia.
En un nuevo ejemplo de la singularidad y provocación que son parte del cine de Verhoeven, que combina la religión e irreverencia con la búsqueda de poder y de libertad sexual. Todo en medio de una adecuada recreación de época y buenas actuaciones.
FICHA TÉCNICA
DIRECCIÓN: Paul Verhoeven
PROTAGONISTAS: Virginie Efira, Lambert Wilson, Daphne Patakia, Olivier Rabourdin, Clotilde Courau, Charlotte Rampling, Hervé Pierre
GÉNERO: Drama/Historia
EDAD: Para mayores de 18 años