Por Lya Rosén D.

En la época de la colonización de Norteamérica, la región de la costa noreste del ahora Estados Unidos fue el sector elegido por los puritanos que dejaron tierras inglesas para fundar Nueva Inglaterra. Al lugar llegaron con sus creencias religiosas, ancladas en su entrega a Dios y en el convencimiento de que lo sobrenatural, en forma del demonio, estaba presente en el día a día.

El debutante Robert Eggers tomó como base esas mismas convicciones y temores para dar vida a su ópera prima fílmica: La bruja, un largometraje, premiado en el Festival de Cine de Sundance, que muestra a una familia que en 1630 es obligada a dejar su congregación y asentarse en tierras vírgenes. Así, William (Ralph Ineson) y su esposa Katherine (Kate Dickie) se establecen junto a sus hijos cerca de un bosque, que, como luego sabremos, oculta la peor de sus pesadillas.

Una serie de misteriosos sucesos comienzan a afectar al grupo familiar, luego de que la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy), lleva a su hermano más pequeño cerca del bosque y éste desaparece. Como lo afirma su hermana, el niño no fue arrebatado por lobos, sino que por una extraña presencia que “vuela entre los árboles”.

Con una cuidada fotografía y un ritmo de relato y sustos siempre en ascenso, La bruja se inscribe como una de las más singulares cintas de terror de los últimos años, en la que el límite entre realidad y locura se va difuminando con el paso de su metraje.

Titulo Original: The Witch: A New-England Folktale
Género: Drama
País: EE.UU./Reino Unido/Canadá/Brasil
Año: 2015
Director: Robert Eggers
Guión: Robert Eggers
Reparto: Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie
MAYORES DE 18 AÑOS