Hay un minuto decisivo del metraje de Creed II, en que el espectador empieza a escuchar los acordes característicos del soundtrack de Rocky, hito cultural de larga data, que además está en el origen argumental de esta nueva cinta. Y si pasó con la película de 1976 que “describirla sonaría como un cliché de comienzo a fin” (como dijo en su tiempo el crítico Roger Ebert), pues acá los lugares comunes del subgénero boxeril están a la orden del día. Pero no tema el espectador: sabemos para dónde la va micro y lo importante es que no queramos bajarnos.
Esta cinta del realizador independiente Steven Caple Jr. toma, como era de imaginar, la hebra de Creed, la de 2015, que fue de lo mejor que hubo en Hollywood ese año. La historia se centra, nuevamente, en Adonis Creed (Michael B. Jordan), hijo de Apollo Creed, fallecido en Rocky IV, que se convierte en discípulo de Rocky Balboa (Sylvester Stallone) y llega a lo más alto del pugilato estadounidense. En esta pasada, Adonis afronta el desafío de ser padre y el de pelear contra un rival de fuste: Viktor Drago, hijo del recordado peleador ruso Ivan Drago (Dolph Lundgren), precisamente el que causó la muerte de su padre en Rocky IV.
Como ya se sugirió, la película no descubre la pólvora, abunda en guiños y transita por la mayor parte de las fases que todo conocedor del cine de boxeo ya se sabe de memoria. Sin embargo, o tal vez por eso, ha de juzgarse por sus dotes para retratar la intimidad, para desplegar afectos y para poner en escena la violencia del ring. En todo ello, cumple sobradamente, que vendría a ser lo que importa.
DIRECCIÓN: Steven Caple Jr
PROTAGONISTAS: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Dolph Lundgren
GÉNERO: Drama/Boxeo
EDAD: Mayores de 14 años