Tras su llegada a la pantalla televisiva en 2010, y poco después a Estados Unidos y el resto del planeta, la serie creada por Julian Fellowes, quien se había hecho de un nombre por el guión de Muerte a la Medianoche (2001), comenzó de a poco a sumar adeptos con su visión a una aristocrática familia británica y su personal de servicio a comienzos del siglo XX.

El grupo era liderado por el conde de Grantham, Robert Crawley (Hugh Bonneville) y reunía a su esposa Cora Crawley (Elizabeth McGovern), sus hijas Mary (Michelle Dockery), Edith (Laura Carmichael) y Sybill (Jessica Brown-Findlay), y su singular madre Violet (Maggie Smith). En el otro lado se ubicaba la servidumbre, dividida en distintos cargos, que tenía como cabeza visible al Sr. Carson (Jim Carter), el mayordomo.

A lo largo de seis temporadas, el público fue testigo de los dramas y alegrías de los Crawley, como también del Sr. Carson y sus colegas, que se cruzaban con distintos hechos de la historia de Gran Bretaña y el mundo, desde el hundimiento del Titanic, pasando por la Primera Guerra y el surgimiento de la clase trabajadora.

Los mismos personajes que, a cuatro años de la salida de Downton Abbey de la pantalla de TV, retornan en una película que se ambienta dos años después del último capítulo de la serie. Corre 1927 y al palacio rural de la familia en Yorkshire llega la correspondencia, que incluye una carta enviada desde el Palacio de Buckingham.

En ésta se les comunica que, en una de las paradas de su recorrido por el interior de Inglaterra, el Rey Jorge V (encarnado por Simon Jones) y la Reina María (Geraldine James) visitarán su castillo y pasarán una noche en él. Ante la noticia, comienzan los frenéticos preparativos, donde Lady Mary será la aliada principal de su padre.

De forma paralela, el Sr. Carson deja su retiro y vuelve a Downton Abbey para poner su experiencia al servicio de sus antiguos patrones y de las majestuosas visitas que se avecinan. Sin embargo, él y resto de la servidumbre deberán, a regañadientes, acatar las instrucciones de los encargados reales del servicio.

A esto se suma Tom Branson (Allen Leech), el viudo de la hija menor de los Crawley, que es misteriosamente contactado por un hombre que se presenta como el Mayor Chetwode (Stephen Campbell Moore) y que Tom supone puede estar relacionado con la seguridad de los reyes y que lo quiere investigar por ser irlandés.

Un reencuentro con viejos conocidos

Así, con la conocida mezcla de historia británica con las vivencias de los distintos habitantes de Downton Abbey, llega a la pantalla grande la serie que se convirtió en una favorita de los telespectadores alrededor del mundo; que incluso tuvo un homenaje en Iron Man 3, cuando Happy, mano derecha de Tony Stark, confiesa su fanatismo por el espacio.

De esta manera también, el espectador se reencuentra con su variopinto grupo de protagónicos, pero enfrentando algunos pequeños-grandes desafíos; como con una Lady Mary que duda en continuar con el mantenimiento de la casa familiar y un Thomas Barrow que decide hacerse a un lado ante el retorno del Sr. Carson.

Así, entre decisiones mundanas, familiares, laborales e incluso patrióticas, la cinta despliega un cálido relato coral, que se complementa con buenas actuaciones –siempre es grato ver a Maggie Smith como Violet Crawley- y bellas locaciones. Un agradable reencuentro para todos los seguidores de la serie británica.

DIRECCIÓN: Michael Engler

PROTAGONISTAS: Hugh Bonneville, Elizabeth McGovern, Michelle Dockery, Allen Leech, Maggie Smith

GÉNERO: Drama

CALIFICACIÓN: Para todo espectador