Por Lya Rosén

A diferencia de los millones de dólares que manejan los grandes estudios de Hollywood para sus producciones, el cine latinoamericano existe gracias a la tozudez y el esfuerzo de muchos que suman creatividad y pocos pesos. Una realidad que se vive en Chile y en otros países de la región, como Colombia, nación de la que proviene El abrazo de la serpiente, el aplaudido largometraje que se estrenó después de tres años de producción, y la ayuda monetaria proveniente de Venezuela y Argentina.

Esta es una película en blanco y negro, que muestra dos relatos separados por tres décadas, que tienen como base los diarios de exploradores que recorrieron la Amazonía colombiana: el alemán Theodor Koch-Grünberg y el estadounidense Richard Evan Schultes. Así, vemos cómo el etnólogo Koch-Grunberg recorre el húmedo paisaje de la selva a comienzos del siglo XX, en compañía de su asistente, el occidentalizado Manduca (Yauenkü Migue), y el chamán amazónico Karamakate (Nilbio Torres), quien lo puede guiar a la sagrada planta, conocida como yakruna, que podría salvarlo de la muerte. Treinta años después, un viejo Karamakate (Antonio Bolívar) se convierte nuevamente en el guía de un blanco: el botánico Richard Evan (Brionne Davis).

El estreno de El abrazo de la serpiente permite conocer parte del buen cine latinoamericano reciente y también una historia de búsqueda y redención, donde el hombre es un actor secundario frente al gran protagonismo que posee la naturaleza.

Titulo Original: El Abrazo de la Serpiente
Género: Drama
País: Colombia, Venezuela, Argentina
Año: 2015
Director y guionista: Ciro Guerra
Reparto: Nilbio Torres, Jan Bijvoet, Antonio Bolívar
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