Casi todos quienes eran niños en la década de los 90 tuvieron la posibilidad de ver en el cine la versión animada de El Rey León, que Disney estrenó en 1994.
Así conocieron la historia del león Mufasa, su pequeño hijo Simba y los animales que eran parte del reino africano conocido como las Tierras del Orgullo.
Un cuarto de siglo más tarde, llega a las salas de cine del mundo la nueva versión que Disney realizó de su clásico animado bajo la dirección de Jon Favreau, quien en 2016 ya realizó una versión en “acción real” de otra famosa cinta con dibujos animados del estudio: El Libro de la Selva.
En esta oportunidad Favreau realiza un remake casi cuadro a cuadro de la trama del relato original, pero con una técnica visual que permite que las escenas iniciales se asemejen bastante a un documental sobre naturaleza, hasta que los animales comienzan a hablar y cantar.
En sus primeros minutos, junto a la canción El Círculo de la Vida –y la famosa frase inicial “nants ingonyama bagithi baba!” (en zulú “aquí viene el león, padre”)-, el sabio babuino Rafiki presenta de manera oficial al heredero de Mufasa: el cachorro Simba. Después, el orgulloso padre comienza a educar al pequeño, quien es tan curioso como desobediente.
Dos características de las que busca aprovecharse su tío Scar, quien siempre ha mirado con recelo el poder de su hermano y busca reemplazarlo como gobernante de las Tierras del Orgullo.
Por eso no duda en contarle a su sobrino que en las tierras prohibidas se encuentra un antiguo cementerio de elefantes, que oculta varios misterios.
En compañía de Nala, y luego de deshacerse de la vigilancia del pájaro Zazú, Simba se atreve a explorar más allá de lo permitido.
Pero en el lugar serán rodeados por el grupo de hienas encabezado por Kamari y Shenzi, que ese día quieren probar cachorro de león. Sin embargo, la aparición de Mufasa pone fin a su proyecto de almuerzo.
Hiperrealidad y nostalgia en El Rey León
Cada una de las escenas que se conocieron en la cinta animada de los 90, incluida la tragedia de Mufasa y la posterior amistad de Simba con Timón y Pumba –junto a la canción sobre su filosofía de vida de “hakuna matata” o sin preocupaciones-, son recreadas a lo largo de las casi dos horas de duración del metraje.
Sin embargo, y quizás por lo anterior y el claro intento de Favreau de respetar la memoria del público, la película impacta de manera inicial por lo sorprendente de sus imágenes, pero en varios momentos el ver más de lo mismo se vuelve un poco decepcionante.
Esto no resta, eso sí, que el reencontrarse con personajes como Simba o Nala en pantalla grande sea un buen panorama para compartir en familia.
Siempre considerando que, debido a lo reales que lucen sus salvajes protagonistas, como las hienas o Scar, algunas escenas puedan asustar a los niños más pequeños.
DIRECCIÓN: Jon Favreau
VOCES ORIGINALES: Donald Glover, Beyoncé Knowles-Carter, Seth Rogen, Chiwetel Ejiofor, James Earl Jones
GÉNERO: Aventuras/Animación
CALIFICACIÓN: Para todo espectador