A sus 44 años, Sarah Polley ya ostenta una carrera en el cine de casi cuatro décadas, que en los últimos años con cintas como Ellas hablan ha confirmado su talento como directora y guionista.
Ya que luego de mostrar su capacidad como actriz desde muy temprana edad, en películas como Las aventuras del barón Munchausen y El dulce porvenir, pasó a un doble papel detrás de cámara.
Al que volvió para ofrecer su visión de la novela homónima de la canadiense Miriam Toews, publicada en 2018, donde retrata un caso real ocurrido en una comunidad menonita en Bolivia.
Donde entre 2005 y 2009 las mujeres de colectividad anabaptista, desde niñas a abuelas, fueron atacadas sexualmente mientras permanecían sedadas con un anestésico para animales.
Un hecho que se descubrió y llevó a que votaran por su permanencia en la comunidad, dejando la decisión final a un grupo de ellas. Una charla clave que guía tanto la novela como la cinta.
Una decisión ante la violencia
La cual se inicia, al igual que el libro, con la advertencia que la historia a continuación es una respuesta a través de la ficción a la realidad, por medio de un “acto de imaginación femenina”.
A lo que sigue la imagen de una mujer en cama, algo aturdida y maltratada, luego de que claramente fue atacada. Una más de las víctimas de quizás el mismo satanás según los hombres mayores.
Sin embargo, la realidad es peor y se descubre después de que una de las chicas de la comunidad ve la cara de uno de los agresores y pronto este revela los nombres de sus secuaces.
A lo que sigue la intervención de la policía local, ajena a los menonitas, pero más bien para proteger a los culpables de la rabia de las mujeres, en especial de Salome (Claire Foy) y su guadaña.
La cual será parte del grupo que, tras la ausencia de los varones del lugar por la fianza de los acusados, deberá decidir qué harán las mujeres después de que votaran por los pasos a seguir.
Ellas hablan sobre el futuro
Donde la posibilidad de perdonar a los atacantes fue desechada y es su responsabilidad elegir entre quedarse y luchar, o abandonar la comunidad antes que regresen los hombres y su control.
En el preámbulo al corazón de la cinta: la conversación que ocho mujeres en el granero, teniendo como responsable de anotar lo que hablen y decidan a August (Ben Whishaw).
Quien hace poco retornó para hacerse cargo de la educación de los niños -las niñas no son instruidas- y ahora lleva la minuta de la reunión, porque ninguna de las presentes sabe leer o escribir.
En otro de los actos de opresión y agresión que han debido soportar las protagonistas en su apartada y retrógrada colonia. Sin embargo, ahora ellas tienen la posibilidad de optar por otro futuro.
Lo que da paso una larga charla donde son claves las figuras de Salome, Ona (Rooney Mara) y Mariche (Jessie Buckley), como también las de sus madres, hijas y hermanas.
Todo guiado por el conmovedor guión de Polley -por el que está nominada al Oscar-, las potentes actuaciones y una remecedora y atemporal mirada a la represión y violencia de género.
FICHA TÉCNICA
DIRECCIÓN: Sarah Polley
PROTAGONISTAS: Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Ben Whishaw, Frances McDormand, Sheila McCarthy, Michelle McLeod, Kate Hallett, Liv McNeil, Emily Mitchell
GÉNERO: Drama
CALIFICACIÓN: Para mayores de 14 años