Por Lya Rosén.

Si de sucesos fílmicos se trata, la avanzada de Marvel -en asociación con los estudios Disney- en el mundo del cine puede ser un fenómeno difícil de detener. Y tras las segundas y hasta terceras partes de las aventuras de Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth) e Iron Man (Robert Downey Jr.), los superhéroes nacidos del cómic vuelven a hacer equipo en la esperada secuela de Los Vengadores, la megaproducción que en 2012 tomó por asalto las taquillas mundiales.

Es una película que llega a salas locales con su nombre en inglés, Avengers, y donde Joss Whedon, su director, se atreve a explorar más en el mundo de los héroes de historieta, dotando a su relato de varias subtramas que exploran en el lado humano de sus protagonistas, mostrando la innegable atracción que existe entre Bruce Banner/Hulk (Mark Ruffalo) y Natasha Romanoff /Viuda Negra (Scarlett Johansson), como también el lado familiar de Clint Barton/Hawkeye (Jeremy Renner). Una característica que alegrará a los fanáticos de las historias Marvel, pero que jugará en contra de los pequeños espectadores o los adultos que sólo van por un rato de diversión.

El relato se inicia en Europa, en Sokovia, donde la organización criminal Hydra tiene sus instalaciones y el  Barón Strucker (Thomas Kretschmann) mantiene oculto el cetro de Loki y sus experimentos con la gema que contiene. Después de una espectacular pelea entre Los Vengadores y los hombres de Hydra, Tony Stark consigue el cetro y lo lleva a su laboratorio. Una acción que luego detonará el nacimiento de uno de los nuevos personajes del filme: Ultrón, un robot con inteligencia artificial que buscará destruir a los paladines, con la ayuda de los hermanos Maximoff: Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen) y Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson).