Por Lya Rosén.
Aunque muchos relacionan la filmografía francesa sólo con el llamado Cine Arte, su abultada cinematografía también incluye películas que sólo apuntan a la diversión. Y entre éstas, las del género de la comedia ocupan un lugar de preponderancia, aunque sean muy pocas las que se estrenen en este rincón del mundo.
Pero todo tiene una excepción y, tras el debut en salas locales hace algún tiempo de La familia Belier (2014), ahora llega a salas locales Dios mío ¿qué hemos hecho?, la realización dirigida por Philippe de Chauveron que, después de su debut en abril de 2014, se alzó a las pocas semanas como una de las más vistas en suelo francés, recaudando más de US$ 104 millones en concepto de taquilla.
Un éxito basado en la historia de Claude (Christian Clavier) y Marie Verneuil (Chantal Lauby), un matrimonio católico de provincia que ha tenido que soportar con estoicismo que tres de sus cuatro hijas se casaran con hombres bastante alejados de su yerno ideal. Así, Isabelle (Frédérique Bel) se casó con el musulmán Rachid Ben Assem (Medi Sadoun), Odile (Julia Piaton) con el judío David Benichou (Ary Abittan) y Ségolène (Emilie Caen) hizo lo mismo con el descendiente de chinos Chao Ling (Frédéric Chau).
Pero, cuando creían que su hija menor Laure (Elodie Fontan) sería la excepción al contraer matrimonio con un católico, los Verneuil no pueden salir del asombro al conocerlo y saber que es el actor de raza negra Charles (Noom Diawara).
Alejada de grandes comedias galas como La cena de los idiotas (1998) o El placard (2001), Dios mío ¿qué hemos hecho? logra entretener si se acepta la simpleza de su trama, los estereotipos que abundan en ella y su marcada corrección política.