Alsina es uno de aquellos pueblos de provincia que, tanto en Argentina como en Chile, vive en una especie de letargo, donde el mayor movimiento es el de los autos y camiones de la carretera vecina, o el paso del tren que ya no hace parada en la estación local.
Corre 2001 y entre los habitantes de este poblado transandino se cuentan la madura pareja conformada por Fermín y Lidia Perlassi (Ricardo Darín y Verónica Llinás) y su amigo Antonio Fontana (Luis Brandoni), quienes sueñan con conformar una cooperativa de acopio de grano en las instalaciones de un silo en desuso.
Para concretar este proyecto no solo pondrán sus propios ahorros, sino que deberán hacer socios a otros habitantes de Alsina. Para ello, Fermín apelará a su antigua fama como futbolista y Fontana hará uso de su discurso anclado en el ideal anarquista. Así, poco a poco van sumando nombres y dólares para comprar el granero.
Billetes más y billetes menos, además del generoso aporte de la importante empresaria de transportes Carmen Largio (Rita Cortese), el grupo logra reunir las tres cuartas partes de lo que necesitan para comprar el terreno y sus instalaciones. Y para protegerlo antes de completar el total, lo depositan en una bóveda bancaria.
Perlassi es el encargado de obtener un crédito por los dólares que les faltan y el gerente del banco, Alvarado (Luciano Cazaux), le aconseja pasar el dinero en efectivo a su cuenta corriente para conseguirlo. Sin embargo, horas después Argentina se ve sacudida por el anuncio del gobierno de Fernando de la Rúa de limitar la libre disposición de las cuentas corrientes y de ahorro.
Sin embargo, el denominado Corralito golpea con fuerza a Perlassi, Fontana y compañía. Aunque lo peor viene después, cuando descubren que Alvarado estaba coludido con el abogado Fortunato Manzi (Andrés Parra), quien horas antes del desbarajuste económico había retirado todos los dólares de la entidad bancaria.
Como en cualquier localidad rural que se precie, en Alsina todos se conocen con todos y pronto el grupo descubre que Manzi ocultó el dinero en una gran bóveda que construyó bajo suelo, en medio del campo. Decididos a tener su inversión de vuelta, el grupo de “giles” pone manos a la obra para robar lo que es suyo a este ladrón de terno y corbata.
Comedia con espíritu provinciano
Ocho años después de haber dado vida a Un Cuento Chino, el director Sebastián Borensztein se reúne nuevamente con Ricardo Darín en esta película ambientada en un periodo clave de la historia económica argentina, con la mirada centrada en un variopinto grupo de habitantes de la provincia transandina.
Una opción donde la comedia se conjuga de buena forma con la acidez, además del buen nivel de sus protagónicos, tanto de los conocidos –como Darín, su hijo Chino y Brandoni (El Cuento de las Comadrejas)- o los más desconocidos Luciano Cazaux y Guillermo Jacubowicz, como los ingenuos hermanos Gómez.
La Odisea de los Giles es una película coral de espíritu sencillo, pero que logra volar alto gracias al humor de varias de sus escenas y personajes, donde un accionar que generalmente condenado debería ser condenado -como es el robo-, al final cuenta con el irrestricto apoyo del espectador. Ya que: “ladrón que roba a ladrón tiene mil años de perdón”.
DIRECCIÓN: Sebastián Borensztein
PROTAGONISTAS: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín , Verónica Llinás, Daniel Aráoz
GÉNERO: Comedia/Suspenso
CALIFICACIÓN: Para todo espectador mayor de 7 años
Tres estrellas