Maléfica: Dueña del Mal: El universo expandido de Disney
Joachim Rønning es el director de esta secuela de la película de 2014, donde se suman nuevos personajes a la historia y se revela el origen del hada oscura.
En 2014, cuando los antagonistas se robaban solo parte de la película y estaban todavía muy lejanas cintas como Venom y Joker, la llegada de Maléfica a las salas de cine marcó precedente al ser el primer título de Hollywood centrado en una anti-heroína, en este caso la hechicera vista por primera vez en la cinta animada La bella durmiente (1959).
La clásica cinta con la firma Disney donde ella profería un hechizo sobre la recién nacida princesa Aurora, que 16 años más tarde sumiría a la niña en un profundo sueño después de que pinchara su dedo en la afilada punta de un huso, la herramienta que se usaba antiguamente para hilar.
En la revisión al clásico animado en acción real, Angelina Jolie era un hada que velaba por el territorio conocido como El Páramo, que solo buscaba vengar lo que le había hecho a ella el Rey Stefan (Sharlto Copley), el padre de Aurora (Elle Fanning), y finalmente se convertía en la verdadera hada madrina de la jovencita.
Cinco años después, Maléfica y Aurora están de vuelta en este largometraje dirigido por el noruego Joachim Rønning, que se inicia con la adolescente como la Reina del Páramo, atendiendo las consultas de sus mágicos plebeyos. Pero las audiencias tienen un abrupto fin cuando llega el Príncipe Phillip (Harris Dickinson) a pedir su mano.
A pesar de la oposición inicial de Maléfica, su ahijada logra convencerla de acceder a su matrimonio y, es más, que la acompañe al castillo donde será presentada de manera oficial ante los padres de su prometido, el Rey John (Robert Lindsay) y la Reina Ingrith (Michelle Pfeiffer). Sin embargo, pronto esta última provoca el enojo de su oscura invitada.
En medio de la ira de Maléfica, el Rey cae inconsciente y todos asumen que ella lo maldijo, ante la mirada consternada de Aurora. Pero mientras el hada huye acompañada de su fiel asistente, el cuervo Diaval (Sam Riley), recibe un disparo de una secuaz de la reina y cae herida al río, llegando inconsciente hasta el mar.
Y mientras en palacio Aurora trata de ofrecer disculpas por el comportamiento de su madrina, ésta es rescatada por Conall (Chiwetel Ejiofor), una milenaria criatura de su misma especie que la lleva al lugar en que sus pares se esconden de los humanos.
Universo expandido
Nuevamente en el doble rol de productora y protagonista, Angelina Jolie se reencuentra con el papel que ha marcado los últimos años de su carrera como actriz, junto a títulos como Kung Fu Panda y Frente al Mar, la cinta que también dirigió y que presagió el quiebre de su relación con Brad Pitt.
Y lo realiza en medio de un guión que vuelve a apostar por la expansión del universo en torno al personaje que antes simplemente era la villana del cuento animado de La Bella Durmiente. La que en 2014 paso a ser ni más ni menos que su hada madrina, y, ahora, se presenta como su figura materna.
Una expansión que se siente aún más forzada después que se ofrece una inusual explicación a su origen, que la liga a un ser de la mitología –solo eso basta decir para evitar los spoilers-, que solo es entendible por la necesidad de contar con personajes guerreros que puedan ser parte de una batalla.
Eso sí, cabe destacar el nivel de animación para dar vida al Páramo y sus habitantes, que aquí se presente más acabado y luminoso que en la cinta anterior. Además de la presencia de Michelle Pfeiffer, quien logra dotar de encanto a cualquier papel que se le ponga por delante.
DIRECCIÓN: Joachim Rønning
PROTAGONISTAS: Angelina Jolie, Michelle Pfeiffer, Elle Fanning, Harris Dickinson, Chiwetel Ejiofor
GÉNERO: Aventuras
CALIFICACIÓN: Para todo espectador mayor de 7 años
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