Excepción femenina entre los directores de la Nueva Ola francesa, la documentalista belga Agnès Varda cumplió ya 90 años y sigue haciendo películas. La directora de Cléo de 5 a 7 (1962) y Los espigadores y la espigadora (2000), receptora de un Oscar honorario en 2017, fue después de eso nominada a una estatuilla por Visages villages, cinta codigirida junto al joven artista y fotógrafo JR.
Sin una planificación muy acabada, jugando libremente con las posibilidades de una creación que no subestima jamás al espectador, la cinta tiene a sus realizadores de gira por pequeños poblados franceses: fotografiando a la gente y haciendo luego gigantografías a partir de esas imágenes, que finalmente pegan en muros, estanques y paredes, para sorpresa, emoción y descolocamiento de los habitantes de estos lugares.
Amiga de los encuentros y los desencuentros inopinados, Varda sabe encantar a la audiencia a partir de exhibir sin más su propia perplejidad frente al mundo. En esto, puede ficcionar su no ficción, hacer de pedagoga, de antropóloga o de simple mirona de todo cuanto tiene al frente.
De ahí emerge una cinta gozosa, de un humanismo que no se cree y que propone una experiencia al alcance de cualquiera. Todos están invitados.
DIRECCIÓN: Agnès Varda, JR
GÉNERO: Documental
EDAD: Todo Espectador