Reseña de la semana: Polvo de estrellas
Por Lya Rosén D.
Atrás quedaron los hermanos con poderes telequinéticos de Scanners (1981), el científico mitad insecto-mitad humano de La mosca (1986) o la máquina de escribir mutante de El almuerzo desnudo (1991). Sin embargo, el realizador canadiense David Cronenberg sigue explorando en los retorcidos rincones de la mente humana de una manera menos gráfica, aunque igual de provocativa. Ese fue el caso de los protagonistas de Una historia violenta (2005), de Cosmópolis (2012) y también de los de Polvo de estrellas (2014).
En esta última, toma como base un guión de Bruce Wagner para relatar una inquietante historia que tiene como telón de fondo la ciudad de Los Angeles. Hasta ahí llega la joven Agatha (Mia Wasikowska), quien contrata los servicios de una limusina, conducida por el aspirante a guionista Jerome Fontana (Robert Pattinson), para visitar el lugar donde solía estar la casa de la estrella infantil Benjie Weiss (Evan Bird).
De manera paralela, la actriz Havana Segrand (Julianne Moore) lucha por conseguir el rol femenino de Stolen waters, una nueva versión de la película que lanzó a la fama a su desaparecida madre, Clarice Taggar (Sarah Gadon), como una forma de exorcizar los traumas de su infancia. Los mismos que trata el sicólogo Stafford Weiss (John Cusack), quien es padre de Benjie y de Agatha, como se revela con el correr del metraje.
Una serie de relaciones sanguíneas y laborales que van dibujando este entramado de personajes, donde sus cicatrices físicas y mentales decantan en un final digno de las grandes tragedias teatrales. Y que marcan el reencuentro con Cronenberg y su mirada fílmica actual. Ahora los monstruos no se ven, pero siguen habitando los pensamientos de sus protagonistas.
Titulo original: Maps to the Stars
Dirección: David Cronenberg
Actores: Julianne Moore, Mia Wasikowska, Robert Pattinson, John Cusack, Evan Bird, Olivia Williams
Calificación: Para mayores de 14 años.
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