En 2015 una joven chatarrera conocida como Rey vino a sumarse a la extensa historia de Star Wars, convirtiéndose en la nueva y poderosa figura femenina de la saga creada por George Lucas en 1977, tras la clásica presencia de Leia Organa (Carrie Fisher) en la trilogía original.
El personaje encarnado por la casi desconocida actriz británica Daisy Ridley se convirtió en el eje de El Despertar de la Fuerza, el reinicio en la pantalla grande de la ópera espacial ambientada en una galaxia muy, muy lejana, que dejaba atrás la serie de películas, entre 1999 y 2005, que mostraban el origen de Skywalker.
Con este reinicio, y la posterior Los Últimos Jedi, el público se reencontró con la esencia de Star Wars e icónicos personajes, como la mencionada Leia –ahora como generala de la Resistencia-, Han Solo (Harrison Ford), Luke Skywalker (Mark Hamill) y Chewbacca (Joonas Suotamo).
A ellos se unió una nueva generación de protagonistas encabezada por Rey, que incluye al piloto Poe Dameron (Jason Isaac), el ex stormtrooper Finn (John Boyega) y Kylo Ren (Adam Driver), el renovado antagonista que dejó de lado su pasado como Ben Solo, hijo de Leia y Han, para abrazar el lado oscuro de la Fuerza.
Hoy, con el estreno de El Ascenso de Skywalker, se le dice adiós a estos nuevos y viejos personajes, concluyendo los más de 40 años de una aventura cinematográfica que cambió los géneros fílmicos de la aventura y la ciencia ficción, y se convirtió en un referente de de la cultura pop de todos los tiempos.
Un cierre a su trilogía final donde el público se reencuentra con Rey en la jungla de Ajan Kloss, cuando se entrena fuertemente bajo la guía de Leia. En forma paralela, sus amigos y compañeros de armas, Poe, Finn y Chewbacca, hacen frente a las fuerzas de la Primera Orden, ahora encabezadas por el Líder Supremo Kylo Ren.
Este último es quien además descubre la presencia del Emperador Palpatine (Ian McDiarmid), que supuestamente había muerto a manos de Darth Vader en El Retorno del Jedi, pero todos estos años maquinaba sus planes desde la oscuridad de un lejano planeta.
Cuando Ren llega a su escondite, él se revela como la voz en su cabeza que ha guiado sus acciones, mientras junto a los Sith preparaba a una inmensa flota de naves y poderosas armas, que ha bautizado como la Orden Final y que es capaz de destruir a todos los mundos rebeldes.
La misma que Kylo podrá encabezar si cumple con una condición que le impone el villano: que dé con el paradero de Rey y la traiga ante él. De forma paralela, gracias a un espía, la Rebelión también sabe de Palpatine y la amenaza que representa, haciendo que Rey, Finn, Poe y Chewbacca lo busquen, usando claves sith recopiladas por Luke.
Nostalgia, acción y revelaciones
Así el grupo inicia una búsqueda que los llevará a diferentes planetas, donde se reencontrarán con figuras o hechos de su pasado. De esta manera el público conoce más de sus protagonistas, como saber a qué se dedicaba Poe antes de ser piloto y también la respuesta a la gran interrogante de la última trilogía: el verdadero origen de Rey.
De esta manera J.J. Abrams va dibujando la aventura final de la saga, donde, a diferencia de Los Últimos Jedi –donde Rian Johnson exploró las motivaciones y sentimientos de sus personajes-, el ingrediente esencial son las sucesivas batallas y enfrentamientos cuerpo a cuerpo de sus protagonistas.
Además, en El Ascenso de Skywalker el realizador homenajea a la trilogía original, reviviendo figuras, naves y lugares que serán fácilmente reconocidos por los fanáticos de la saga.
Un verdadero festín visual y de efectos especiales, cercano a la trivia cinematográfica, que hace de esta cinta una correcta despedida, plena de nostalgia, pero que no alcanza la grandeza de algunas de sus predecesoras.
DIRECCIÓN: J.J. Abrams
PROTAGONISTAS: Daisy Ridley, Adam Driver, Oscar Isaac, John Boyega, Billy Dee Williams
GÉNERO: Aventuras/Ciencia ficción
CALIFICACIÓN: Para todo espectador mayor de 7 años