Durante largo tiempo, el director y productor canadiense Shawn Levy trató de convertir en película la novela Una noche en el museo, de Milan Trenc. Un sueño que se concretó en 2006, cuando su visión del libro infantil llegó a las salas del mundo para relatar la inusual aventura de Larry Daley (Ben Stiller), un padre divorciado que al quedar cesante acepta ser guardia nocturno del Museo de Historia Natural de Nueva York.

Una labor que lo lleva a descubrir que, durante la noche, las figuras y reproducciones históricas en exhibición adquieren vida gracias a una tablilla egipcia. Una trama bien recibida por el público, que generó una recaudación en taquilla de más de US$ 570 millones y la consecuente secuela, Una noche en el museo 2, que debutó en 2009.

Cinco años más tarde, Daley y compañía están de vuelta con una cinta, dirigida por el mismo Levy, donde todo parece ser una copia de las tramas anteriores, con sólo un gran cambio: su escenario, ya que el suelo estadounidense es reemplazado por el de Inglaterra, específicamente el bajo el Museo Británico de Londres.

Hasta aquí llega Daley, quien luego de ser ascendido al cargo de Director de Operaciones Nocturnas del Museo de Historia Natural, descubre que la tablilla de Ahkmenrah se está deteriorando, lo que provoca que figuras como las de Theodore Roosevelt (Robin Williams en una de sus últimas actuaciones) y Atila el Huno (Patrick Gallagher) comiencen a actuar y lucir extrañamente.

Una vez en la capital británica, Daley, su hijo Nicky (Skyler Gisondo) y el resto de las figuras históricas deben encontrar al faraón Merenkahre (Ben Kingsley, creador de la mágica tablilla. Una búsqueda no exenta de desafíos y nuevos personajes, como Sir Lancelot (Dan Stevens), que logra entretener de manera, pero que es fácil de olvidar.

Titulo original: Night at the Museum: Secret of the Tomb
Dirección: Shawn Levy
Actores: Ben Stiller, Robin Williams, Owen Wilson
Calificación: Para todo espectador