Muchas veces las películas inspiradas por novelas son descritas como “lejanamente basadas en”, una especificación que en el caso de Zona de interés es precisa y necesaria.
Ya que la imperdible y devastadora película del inglés Jonathan Glazer -su cuarto largometraje-, se inspira en la novela de Martin Amis de 2014, pero traza su propio camino.
Lo que consigue teniendo como base la esencia de La zona de interés -el título del libro tiene artículo- y redibujando su entorno y personajes, optando por las figuras reales tras ellos.
Así, en lugar de los literarios Paul Hannah Doll, Glazer pone como protagonistas de su cinta a las figuras reales en que estos se basaron: Rudolf y Hedwig Höss.
La pareja conformada por el cruel oficial de las SS, que pasó a la historia como comandante del campo de concentración de Auschwitz, y su esposa y madre de sus cinco hijos.
Quienes encarnados por Christian Friedel y Sandra Hüller -también sólida protagonista de Anatomía de una caída-, guían un relato donde lo monstruoso se vuelve cotidiano.
Una familia casi común
En el que el realizador ofrece su mirada al horror del holocausto judío, optando por el simbolismo y hacer del sonido el referente de este último, en contraste con las imágenes.
Donde son claves la banda sonora de Mica Levi -que es corta, pero precisa-, el diseño de sonido de Tarn Willers y Johnnie Burn, y el guión realizado por el mismo Glazer.
Parte esencial de una sucesión de escenas y situaciones donde el principal entorno es la casa de los Höss, a un costado de Auschwitz, y los paisajes y zona boscosa que la rodea.
Donde se presenta al espectador, después de un preámbulo tan singular como desconcertante, a una familia que disfruta de un día de esparcimiento junto a un lago.
Los que por sus trajes de baño y peinados habitan en la década de los 40, pero se ven sólo como eso: un grupo familiar donde padres e hijos, más su niñera, pasan la tarde.
Sin embargo, ellos son el comandante Höss, Hedwig y sus cinco hijos, y junto al relajo también “comparten” con el público sus deberes en casa y en el “trabajo” del oficial.
La cotidianidad del horror
En un contraste continuo entre la cotidianidad familiar y los pequeños grandes detalles sobre su brutal ambiente, partiendo por los prisioneros que ayudan en las tareas del hogar.
O que Hedwig reciba, se pruebe y guarde objetos y prendas que fueron de alguna mujer llevada al campo de concentración -como un abrigo de piel-, o los regale a sus empleadas.
En tanto su marido pasa de una discusión sobre hornos crematorios a celebrar su cumpleaños o expresar su amor por los animales hablando con ternura a su caballo.
Algo que para la pareja es habitual, pero para quienes lo ven de fuera es traumático y amenazante, partiendo por la madre de Hedwig que termina abruptamente una visita.
Sin olvidar, a los vecinos polacos que deben cerrar sus ventanas para evitar el hedor de los crematorios, entre ellos la familia de una niña que de noche deja fruta a los prisioneros.
En una sucesión de hechos impactantes donde lo monstruoso se vuelve cotidiano, como reflejo y recordatorio de la indolencia y la crueldad de la que es capaz el ser humano.
Lo que hace de Zona de interés uno de los grandes estrenos pre Oscar, que claramente no es para todo tipo de público por el tema que aborda con crudeza y un audaz simbolismo.
FICHA TÉCNICA
DIRECCIÓN: Jonathan Glazer
PROTAGONISTAS: Christian Friedel, Sandra Hüller, Ralph Herforth, Daniel Holzberg, Sascha Maaz, Freya Kreutzkam, Imogen Kogge, Johann Karthaus, Lilli Falk, Nele Ahrensmeier, Luis Noah Witte
GÉNERO: Drama, Historia
CALIFICACIÓN: Para mayores de 14 años