Por: Evelyn Briceño Fecha:18 Abr 2019

Desayuno a la brasilera: El auténtico “café da manhã” se sirve en el barrio Brasil

La cafetería y bollería Bolos Brasil está en el barrio Brasil y lo que ahí se sirve es un desayuno a la brasileña: café colado, pan de queso y brigadeiros. Tal como en cualquier local de Sao Paulo o de Río.

Bolos Brasil no podía estar en un mejor lugar de Santiago: en el corazón del barrio Brasil, sobre la vereda oriente de la avenida del mismo nombre, al llegar a Catedral.

Ahí el “café da manhá” se sirve como en Sao Paulo o de Río de Janeiro, es decir, cargado y colado (filtrado), y con bollería típica de allá para acompañar.

Es un local chiquito, pero muy concurrido, tanto por los vecinos del sector como por brasileños residentes.

Estos llegan desde todas las comunas de la capital, a disfrutar de este ritual mañanero y con música de Tribalistas —el trío liderado por la cantante carioca Marisa Monte— de fondo.

Esa era la idea de la dueña de Bolos, Paula, una paulista que llegó a Chile hace un par de años e instaló esta pequeña embajada con los sabores de su tierra.

Sabor a vacaciones

Es imposible no comer rico y contundente en estos desayunos, porque muchos clientes piden “pan de queso”, esos bollos crujientes rellenos con queso derretido como los de la foto principal ($ 700 cada uno).

O “brigadeiro”, ese pequeño dulce de chocolate, redondo y salpicado con chispas de chocolate ($ 500).

También son muy populares ahí los “besitos” (beijinhos), hechos con coco ($ 500), y los “churros”, que no tienen nada que ver con la típica masa alargada y frita, sino que son una especie de queque con canela y manjar encima ($ 4.990, el de tamaño grande).

El paraíso de los dulces y buen café

O el “fubá”, un queque de sabor anisado hecho con harina de maíz ($ 3.990 entero) o el de arroz, muy suave, especial para los que no toleran el gluten ($ 500 el trozo).

Para tomar, hay jugos naturales, agua de coco ($ 1.500) y la clásica bebida de Brasil, la Guaraná ($ 1.200 la lata).

Si prefieres café, éste lo preparan con granos brasileños filtrados con unos filtros que traen especialmente desde allá y que permiten que quede algo más espeso y cargado ($ 500 la taza pequeña).

Si eres irremediablemente dulcero, ojo que una vez al mes hay tenedor libre de dulces: por $ 5.000 te dan cafezinho y trozos de toda la bollería del lugar. El próximo será el 12 de mayo.