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Bravo’s Restobar: Donde carnívoros y vegetarianos se sientan en la misma mesa

Por Evelyn Briceño13 Feb 2019

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Bravo’s Restobar: Donde carnívoros y vegetarianos se sientan en la misma mesa — Fotos: Valentina Miranda Vega

Hace 7 meses abrió en la Comunidad Ecológica de Peñalolén Bravo's Restobar, un lugar con hamburguesas y pizzas para vegetarianos y carnívoros. Incluso, hay opciones veganas.

A la entrada de la Comunidad Ecológica de Peñalolén está Paseo del Sol, 25 locales de todo tipo que llegaron a renovar la oferta de esa zona. Ahí está Bravo’s Restobar, especialista en hamburguesas, pizzas y cervezas artesanales con propuestas para carnívoros, vegetarianos y veganos.

La idea del local —de madera, sencillo y acogedor, con una buena terraza— es que en una misma mesa se siente un grupo de amigos —o familiares— donde haya amantes de la carne y otros que no consumen proteína animal.

Por eso, las hamburguesas vienen con lactonesa (sin huevos) y se pueden pedir con vacuno o con una croqueta crujiente y sabrosa hecha con lentejas, garbanzos, porotos y champiñones, todo aglutinado con betarragas. El queso también puede ser cambiado por uno vegano.

Pídela en versión “Gourmet”, que además lleva rúcula, cebolla morada, crema ácida y camarones salteados en vino blanco, que si eres vegetariano estricto puedes pedir que saquen. Con certeza, una de las mejores hamburguesas vegetarianas de Santiago ($ 6.500).

Otra muy recomendable es la “alemana”, que lleva tocino, chucrut de repollo morado casero, cebolla caramelizada con cerveza calafate, lechuga y lactonesa ($ 6.800).

Pizzas crujientes

Las pizzas a la piedra llevan una masa crocante y delgada que se leuda por 48 horas. Alcanzan perfecto para dos, porque son de 30 cm de diámetro.

La más pedida es la “vegetariana”, con mozzarella, aceitunas negras, champiñones salteados, choclos y pimentones asados $ 7.900.

Una ideal para compartir entre un carnívoro y un “veggie” es la “4 estaciones”: un cuarto lleva pepperoni y jamón; el otro, champiñones salteados; un tercer cuarto se hace con tocino y carne molida y el último, con tomate y aceitunas negras ($ 9.300).

Para acompañar, la cerveza Bravo’s, hecha de manera artesanal por los dueños del restobar. Hay varios tipos, pero la que no hay que perderse es la “pale ale”, de color ámbar y estilo inglés, con muy poco gas y un saborcillo tostado bien agradable ($ 3.000 el schop, dos por $ 5.000 todos los días y a toda hora).

¿Una más refrescante y amarga? La “american pale ale”, rubia e ideal para el verano (mismo precio).

También hay copones de 500 cc de sangría ($ 4.500) y un pisco sour tradicional, con jugo de limón sutil, que ya es un hit en el barrio ($ 3.500).