Hace cinco años, encontrar en Santiago un restaurante abierto para almorzar en Semana Santa era casi una odisea. Quien se aventuraba a tomar el auto para hallar un buen plato de congrio frito lo único que conseguía eran carteles en los frontis de estos lugares que decían: “Cerrado hasta el lunes”.

Pero ahora son varios los locales, en la capital y en regiones, que echan a andar sus cocinas en estos días de reflexión y descanso. “La gente cada vez tiene menos tiempo para cocinar. Por eso, busca alternativas y presiona a la oferta para atender en esta fecha”, asegura Bruno Sacco, dueño del Divertimento Chileno, el restaurante a los pies del San Cristóbal que abre prácticamente los 365 días del año.

Inaugurado hace un par de meses, Ozaki Casa Nikkei es uno de los que ofrecerán pescados y mariscos este fin de semana largo. Reserve en la agradable terraza trasera de esta casa de Las Condes, que reconocerá por una kimmidoll, la muñeca inspirada en las kokeshi -tradicionales japonesas- que cuelga de la puerta.

De su carta nikkei -mezcla de las cocinas peruana y japonesa-, un imperdible es el sake maki ($ 8.250), un roll con camarón, palta, queso crema y quínoa crispi, envuelto en salmón y con una pequeña rodajita de limón. Una delicia crocante y con el toque de acidez justo. Irresistible también es su arroz chaufa, que aquí lleva chicharrón de pescado, mariscos al wok, chips de wantán y de tortilla ($ 9.000).

Ojo, que si va este domingo se encontrará con cinco opciones de platos que no están en la carta, preparados en una parrilla dispuesta en el jardín y a muy buen precio. Como los anticuchos de pulpo ($ 5.000), un ceviche del día ($ 5.000) o un delicioso arroz chaufa, que vendrá en una cajita al estilo delivery.  Acompáñelo de una copa de fresca  sangría ($ 2.000) o de espumante francés ($ 2.000).

Frente a lo que fue el ex Cine Las Condes, en La Tasca de Altamar, podrá degustar el mejor congrio frito ($ 8.800) de Santiago. De carne a punto, que no se deshace con el toque del tenedor, tiene un batido crujiente, delgado y liviano. Ahí también se encontrará con una atención amable, querendona, y una carta de productos fresquísimos. Si bien ha sumado recetas nuevas, como los camarones Thai ($ 9.000) con un dejo de picor, lo que mandan ahí son los platos clásicos, como los erizos ($ 9.500), acompañados de pocillos con cebolla brunois (pequeños cubos), perejil, tostadas y mantequilla, para aliñar a gusto.

La Mar es otro lugar donde probar platos marinos, incluso este Viernes Santo. Lo suyo es el sabor peruano y la sazón de Gastón Acurio, el chef famoso por convertir la cocina de su país en religión. Siéntese en la terraza del segundo piso o la que da justo a la altura de la calle, a probar una de sus ocho versiones de ceviche, como “el lujurioso”, que tiene erizos, ostras, pescados y machas, en una poderosa leche de tigre de erizos ($ 12.800). O el “de la calle”, con pulpo, caracol, pescado, chorito y picoroco en leche de tigre ($ 12.400).

En el Patio Bellavista, Bellavista Grill abrirá sus puertas este finde para ofrecer pescados y mariscos, que aquí los preparan a la parrilla. Como el pulpo,  con verduras salteadas y una salsa de aceitunas de antología ($ 8.900). También la merluza austral, que se acompaña de papas chilotas y salsa de alcaparras ($ 11.900), o el mero ($ 9.500), que queda muy bien con un gratín de hongos salteados y queso ($ 2.500). Un consejo: reserve en la terraza frente a la pileta, para que mientras coma admire las estatuas de cerámica y piedra de Palolo Valdés.

Picadas imbatibles

Si lo que busca es una buena picada, entonces vaya a Don Gaviota,  un restaurante que partió pequeñito en un pasaje en Recoleta y donde ahora, ya remodelado y engalanado, encuentra unas empanadas fritas, crocantes y deliciosas, de carne de jaiba con queso o de camarón-queso (cuatro por $ 2.890). Cuidado con quemarse: son tan buenas que se hace difícil esperar a que se enfríen antes de darles el primer mordisco. Otro imperdible de este lugar es el jardín de mariscos ($ 18.990), tan abundante que alcanza para cuatro personas. Trae pinzas de jaiba, camarón, erizos y hasta piure, además de un buen cebiche del día.

A minutos de ahí, en Independencia, está El Cántaro de Oro. No se imagine un local pequeño, porque es todo lo contrario: con una gran terraza y amplio estacionamiento, pero con  precios accesibles. Más convenientes aún teniendo en cuenta que su chef es Oscar Gómez, el mismo que se hizo cargo por años de la cocina de Astrid y Gastón, el que fuera el restaurante de mantel largo de Gastón Acurio.

¿Qué pedir ahí? Sus platos abundantes y aptos para compartir, como el pulpo al olivo ($ 5.300), de una textura muy suave, o el congrio, que aquí se sirve con unos ñoquis caseros y salsa huancaína, que son simplemente sublimes ($ 6.600).

A la puerta de la casa

Si este fin de semana prefiere no salir, una buena alternativa es Rocoto Delivery,  que para estos días festivos ofrecerá platos que llegan listos a su puerta. Encargue el ceviche nikkei,  cubitos de atún fresco con  palta, macerados en leche de tigre con un toque de maracuyá ($ 8.390). También la deliciosa pasta a la huancaína, que trae una buena cantidad de camarones ecuatorianos y un aliño de ají amarillo que no es picante ($ 6.790).

Rishtedar, en cambio, lleva a su casa preparaciones sin carne que son perfectas para los vegetarianos. La suya es una larga carta de cocina de la India, con delicias como  el paneer tikka ($ 4.600), un queso hecho en casa, macerado en salsa tikka, bien especiada. O las samosas, una especie de empanaditas, de masa delgada, hechas con comino y rellenas con  papas y verduras ($ 3.800). A su pedido sume también las achari aloo ($ 6.500), esas papitas hechas con distintas salsas tradicionales que les dan un sabor ácido y picante.

Para probar en la costa

Si es de los que este finde se escapó a la V Región, reserve en Espíritu Santo, una de las mejores cocinas de Valparaíso. Ubicado en el cerro Bellavista, en este restaurante de decoración minimalista sirven un tiradito con pescado del día, de sabor cítrico, con jengibre fresco, rabanitos, cilantro y palta ($ 7.500). También un pescado de roca con trigo mote, verduras salteadas, pebre de quínoa negra y salsa de arvejas ($ 12.400).

¿Otra alternativa en el puerto? El restaurante del hotel Fauna,  en el Pasaje Dimalow del cerro Alegre. Siéntese en su terraza, con una increíble vista de la bahía y del cerro Concepción, a degustar el San Pedro, una entrada de camarones al pil pil con un dejo de merkén o un cebiche del día ($ 7.900). De plato de fondo, pregunte por el pescado del día, siempre fresco, que puede acompañar con papas salteadas o la ensalada de la casa ($ 12.000).

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