Abrió hace una semana y para ir a esta terraza que está de moda hay que arriesgarse, porque no hay teléfono al cual reservar. Lo que sí debe saber es que vale la pena visitar Matilde, porque tiene una de las mejores vistas de Santiago.

Desde un sexto piso, ubicado en el techo del restaurante White Rabbit (al comienzo de la subida de Chucre Manzur), se ve perfecto todo el oriente de la capital, con un cerro San Cristóbal que pareciera venirse encima.

La coctelería es buena, con tragos hechos con fruta natural, como el mojito Matilde con vodka, hecho con jugo de pomelo, reducción de berries, menta y albahaca ($ 4.000) o el mango frozen, con whisky, mango, jengibre y limón de Pica ($ 4.000). En materia de tapeo, no se puede dejar de probar el tártaro de atún con palta y aceite de sésamo ($ 7.600).

Es grande y bueno para compartir entre dos. No se preocupe si refresca, porque le pasan una mantita. A este sitio se llega directo por un ascensor que da hacia Chucre Manzur.